eriodista palestina de Al Jazeera asesinada en Jenin por un soldado israelí de un disparo en la cabeza cuando iba perfectamente identificada como miembro de la prensa: No se me quita el nudo en el estómago después de verla abatida ante la desesperación de una compañera suya que, imagino, se libró por los pelos de ser la víctima. En ese instante maldito, obviamente premeditado por el asesino, terminaron 25 años cubriendo el conflicto interminable. Cinco guerras y ni se sabe cuántas acciones de castigo. "Mi preocupación ha sido y será siempre la historia humana y el sufrimiento diario de mi pueblo bajo la ocupación", dijo hace apenas seis meses en una entrevista. Su propio final es el testimonio de una injusticia que debemos denunciar a gritos. l