xcelente profesor de Filosofía: Sin conocerlo, sé que lo es. Basta ver el emocionante vídeo en que todo el alumnado del instituto Alaitz de Barañain, sus compañeros docentes y el resto del personal del centro lo aclaman durante tres minutos en el día de su jubilación tras 29 años en el centro. Está claro que ha dejado una huella indeleble en la chavalería que aparece en las imágenes y en todas las generaciones anteriores. Puede sentirse orgulloso porque ha cumplido con la esencia de su trabajo, que no solo consiste en que sus pupilos se defiendan si les cae Platón en Selectividad, sino estimularles a pensar por su cuenta y a tratar de ser mejores personas. Le traslado mi admiración, que hago extensible a los miles de buenas y buenos profes que todavía quedan.