- A 48 horas de la nochebuena parece que se hará la luz. Fuentes bien informadas, o sea, perfectamente elegidas para la difusión del globo sonda, aseguran que Pedro Sánchez planteará en la conferencia de presidentes de hoy la necesidad urgente de implantar nuevas restricciones. Se habla otra vez del cierre del interior de los locales de hostelería en las comunidades con los contagios desbocados, que son casi todas, empezando, ya lo saben ustedes, por la CAV y Navarra. Planean también otras medidas como las que ya ha decretado Catalunya, que inciden en la limitación de aforos, de horarios y quizá de número de personas que pueden reunirse en la calle; para los domicilios, habrá que fiarlo a las recomendaciones. Claro que lo más llamativo, lo que supondría el auténtico gol en Las Gaunas, es la posibilidad de prohibir eventos masivos. Piensen, piensen en eventos masivos de estas fechas. ¿Se impedirán las celebraciones de la nochevieja en la calle?

- Parece complicado que se llegue a ese extremo. Sin embargo, cabría la opción de ordenar la suspensión de cotillones y festejos en interiores. El pifostio estaría servido. Volveríamos a las imágenes de los botellones multitudinarios (y violentos, ojo) del verano. Muy probablemente, en versión corregida y aumentada, porque me atrevo a decir que una parte enorme de la población, incluso de la más concienciada y prudente, se había hecho a la idea de que este año nada impediría los festejos. Y si somos honrados, deberemos aceptar que buena parte de ese sentimiento ha echado raíces en la inacción de las autoridades sanitarias, que en las últimas semanas no han sabido transmitir la gravedad de la situación. En el caso concreto del ministerio español, la actitud ha sido especialmente sangrante, pues el mensaje lanzado reiterada y temerariamente ha sido que con la dosis de refuerzo de la vacuna las navidades quedarían salvadas.

- En el colmo del tancredismo, estas medidas que supuestamente se van a aprobar hoy están sobre la mesa desde el pasado viernes. Pero qué prisa había, ¿verdad? El sábado se anunció la conferencia de presidentes, el domingo la confirmó Sánchez hablando de la urgencia en hacer algo, pero el encuentro virtual se dejó para hoy. Pasando por alto que será imposible que haya acuerdo (a ver en qué plan se pone Díaz Ayuso) y que sigue sin haber paraguas legal efectivo que impida que cualquier juez jatorra tumbe las restricciones, simplemente no hay tiempo material para ponerlas en práctica.