lamante Canciller de la República Federal de Alemania: Le dedico estas líneas, más que nada, para ir familiarizándome con su nombre. Somos animales de costumbres y, de entrada, cuesta asumir que la eterna Angela Merkel ha pasado a la reserva. No le arriendo la ganancia. Le aguardan meses, si no años, de comparaciones odiosas con una figura de dimensiones históricas. De saque, lo tiene mal, cuando todos su perfiles hablan de un tipo aburrido, sin carisma o de un autómata incapaz de provocar más que bostezos. Por si le consuela, de Merkel se dijo lo mismo cuando vino a cubrir el hueco del gigante Helmut Khöl, incluso de la medianía Gerhard Schröder. Pero ya ve que la cosa no es cómo empieza sino cómo termina. Sorpréndanos.