arpetovetónico titular del Juzgado número 1 de la localidad lucense de Viveiro, Pablo Muñoz Vázquez: En primer lugar, siento mucho no haber encontrado una foto suya para ilustrar estas líneas. Siquiera como pataleo menor, nos merecemos saber el careto que tiene el individuo que acaba de dictaminar que grabar imágenes de mujeres orinando en la calle y subirlas a páginas pornográficas de Internet no constituye delito contra la intimidad ni la integridad moral. Lo hace bajo el lisérgico argumento de que las micciones se realizaron en un espacio público y que, según su farragosa jerga togada, “no se aprecia el ánimo tendencial de quebrantar la resistencia física y moral” de las mujeres grabadas. Vergüenza.