ocuaz y ocurrente portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados: debo decirle que me convenció más bien poco tirando a nada la glosa que aventó en el hemiciclo de la mesa de diálogo de Catalunya. Me parece muy pobre que la mayor defensa que se pueda hacer sea tirar del comodín, o sea, del espantajo de los fachas al acecho. “Si decepcionan, Vox y el PP entran en Moncloa”, proclamó, pasando por alto que los que le escuchábamos habíamos asistido en la víspera al esperpéntico episodio de los candidatos propuestos por Junts para ocupar un par de sillas a sabiendas de que eran inaceptables y el subsiguiente veto desabrido de Aragonès. Es más sincero reconocer que ya han empezando decepcionando y que esta vez no han sido los malos.