s curioso cómo el gran mirador hacia otro lado ante denuncias de torturas ha pasado de héroe a villano en la caverna. Su permanencia por los pelos en el gabinete renovado de Sánchez es motivo de crujir de dientes para Isabel San Sebastián: “Destaca Marlaska, cuyos servicios resultan especialmente repugnantes y tal vez por ello imprescindibles. ¿Qué otro juez colmaría de beneficios a la peor escoria terrorista? ¿Cuál saldaría amistosamente las cuentas pendientes con ETA? ¿A quién lanzaría el presidente al cuello de la Guardia Civil?”, rugía en ABC. En línea similar, Ana Vázquez Blanco anotaba en El Español: “Ha cambiado las sentencias por los acercamientos de etarras, la toga por la cinta de correr y el abrazo a las víctimas por el aplauso de Bildu”.