- “¡Nos dan peor comida que a los presos!”, se quejaba no sé exactamente si uno de los héroes o una de las heroínas de esa versión bufa de El expreso de medianoche o La fuga de Alcatraz que se está viviendo en el cada vez más tristemente célebre hotel Palma Bellver. El grito de auxilio del émulo o la émula alevín de Nelson Mandela llegaba al mismo tiempo que la queja desesperada de los huéspedes del establecimiento ante el infierno en que han convertido su estancia los 265 criajos confinados o, según su autodefinición, secuestrados ilegalmente. Música a todo trapo, carreras por los pasillos, bromas telefónicas al azar, golpeos salvajes a las puertas, lanzamiento del catering y de todo tipo de quincalla a la piscina... Así las gastan los que los santurrones del lugar nos están haciendo pasar por víctimas inocentes del estado sanitario opresor. Todo, mientras los progenitores que los educaron en estos valores del ombliguismo egoísta se lían a interponer querellas y a solicitar habeas corpus como quien llama a Telepizza. También se sienten dueños y señores del sistema judicial, faltaría más. Y menos mal que, de momento, la mayoría de los jueces les está mandando a esparragar.

- Supongo que nos quedan todavía unos días de este reality show que definitivamente se ha ido de madre. Quizá los que nos tenemos por adultos deberíamos abandonar el paternalismo que sostiene que esto va de unos cascarrabias viejunos quejándose de la actitud de una chavalería con las hormonas reventonas. El gran insulto que se hace a la juventud en general es pretender que están representados por esta jarca de infantes que no son capaces de asumir las consecuencias de sus actos y que no comprenden algo tan básico como que su aislamiento responde a motivos puramente sanitarios. Es lo que les ha tocado a miles de personas de todas las edades desde el principio de la pandemia. Y eso incluye, por poner ejemplos cercanos en el tiempo, a futbolistas de élite. ¿Se imaginan a Sergi Busquets o Diego Llorente berreando que estaban siendo objeto de una detención ilegal cuando dieron positivo y fueron apartados del grupo?

- Ocurre, además, que el dedo nos tapa la luna. Mientras nos fijamos en las pijadas que hacen desde los balcones, las cifras cantan. Nada menos que el 26% de los participantes en el desfase han dado positivo. Cito a Fernando Simón: “Es probable que alguno de los jóvenes de Mallorca acabe falleciendo”. No hay mucho más que añadir.