Vaya, vaya€ Al final, la solución era de Barrio Sésamo. Puerta abierta o puerta cerrada. El santo remedio ha consistido en que quien franqueó el paso hacia Ceuta lo haya cerrado. Por si alguien tenía dudas, es Marruecos quien sostiene la sartén por el mango. Como escribí ayer, lo del asilo al líder del Polisario no pasaba de ser una coartada para que al Gobierno de Pedro Sánchez le entre en la cabeza que no está en disposición de hacer según qué feos a su divina majestad Mohamed VI. Y ojo, que todavía no estamos ni muchísimo menos ante un capítulo cerrado. Se repetirá corregido y aumentado cuantas veces se estime necesario por parte de la satrapía de Rabat.

Por el camino, y al tiempo que nos espantábamos por la utilización de seres humanos literalmente como carne de cañón, hemos aprendido unos cuantos rudimentos sobre lo que va del dicho al hecho. No hay que remontarse muy atrás para encontrar a destacados dirigentes socialistas, empezando por el propio Sánchez, mostrando su contundente rechazo a las devoluciones de migrantes en caliente. Todo, para acabar presumiendo -y ahí están las declaraciones públicas y los tuits- de haber batido récords de devoluciones inmediatas. Cerca de 5.600 en apenas 48 horas, casi nada. Deberían comprender, como poco, que se les afee la flagrante contradicción en que han incurrido.

Para nota, la salida en tromba de los más irredentos cortesanos borbónicos a asegurar que su muy añorado prófugo de Abu Dabi jamás hubiera permitido una afrenta semejante. Dicen que le habría bastado una llamada a su querido sobrino para evitarlo. Ja l