MADRID- Vuelve con Homo zapping a dar las campanadas, pero con un día de anticipación, será hoy en Neox, la cita a las 12 de la noche.

Usted se come las uvas dos veces, eso es gula en estado puro.

-Exacto, el 30 (hoy) y el 31 (mañana). Pero te digo una cosa, si me hubieran dado el 28 y el 29, encantado.

¿No se ha atragantado nunca?

-Las pido sin pepitas, me he vuelto muy especial, las he cogido miedo. Debe ser la edad, nos hacemos mayores y no queremos riesgos. Me he hamburguesado con la edad.

¿No será aburguesado?

-También, también? Hamburguesado y aburguesado, las dos cosas.

¿Imitador o interpretador?

-Yo parodio personajes. Imitar se me queda grande e interpretar, más.

Se come las uvas como Javi Ambrossi, ¿no?

-Y el que las disfruta soy yo, David.

¿Dónde pone el límite al humor?

-Hay gente de arriba que se alarma con el humor, pero no ocurre con la gente de a pie. Por desgracia nos cuesta mucho reírnos de nosotros mismos. Es fácil reírse de algo que no te toca.

¿La risa no tiene perspectiva?

-Es que el ser humano puede ser muy idiota. La clave está en reírnos de nosotros mismos.

Por cada chiste siempre hay una asociación que protesta.

-O una persona, siempre hay gente que se ofende. Lo que ocurre es que ahora a través de las redes sociales todo se hace más grande. Estamos asediados de información las 24 horas del día y los enfados nos llegan más rápido. Tenemos que hacer menos caso a la gente que se enfada y más a la que se ríe.

Pero lo bueno no vende, de ahí todos los titulares en tono negro que sacamos en los medios.

-Como humanos somos un poco desastre en este tema, nos gusta quedarnos con lo negativo. Nos cuesta mucho disfrutar de lo bueno.

¿Nos va lo apocalíptico?

-Mucho. Además, hacemos crecer los datos negativos, les añadimos más y más.

Hace diez años, ¿parodió Eurovisión o se burló de Eurovisión?

-Nos reímos de Eurovisión. Fue una puñetera casualidad. Lo mejor de todo, votó todo el que quiso. TVE le dio voz al pueblo y ese pueblo decidió hacer ese gag. La gente dijo: Este año nos queremos reír.

¿Pensó en algún momento que iba a ir a Eurovisión?

-No, no, en ningún momento fue mi intención. ¿Crees que un día yo me desperté con 38 años y pensé: Me voy a por una guitarra de tres euros en los chinos y me voy a ir a Eurovisión con esta tontería de canción? Pues no, claro que no. Fue una coña de la gente.

¿Le dio vértigo?

-Me dio un mareo, me quedé blanco? Fue una sorpresa grande.

¿Se ha quitado ya el sambenito de Ckikilicuatre?

-Eso se ha quedado. Me lo siguen recordando. Pero por lo que a mí respecta, ni lo pienso.