bilbao - Ángel Martín (Barcelona, 1977) colocó muy alto a las tardes de La Sexta junto a Patricia Conde. Sé lo que hicisteis fue un programa que visto desde la distancia arriesgó y triunfó. El guionista y presentador ha pasado por Bilbao y a pesar de lo poco que le gustan las entrevistas la concede aunque apostilla que nunca ve qué es lo que tiene que contar. A lo largo de la conversación habla de televisión y, cómo no, del conflicto catalán, aun sabiendo que cualquier opinión puede quedar antigua en cuestión de minutos.
¿Metido en el mundo de las ‘webseries’?
-¿Te digo la verdad? No sé por qué estoy aquí. Me invitaron y me dijeron: ¿Te vienes a Bilbao? Y dije que sí, que a Bilbao sí. En el fondo ha sido por venir a esta ciudad que me encanta, siempre me ha gustado, cada vez más.
La excusa perfecta.
-Ja, ja, ja? Es verdad. Pero hablábamos de webseries. Trabajo mucho en internet, pero nunca me había centrado en las webseries y me llamó mucho la atención cuando me propusieron mi asistencia a Serieland. Me ha parecido una aventura muy interesante.
¿Le parece que es parte del futuro de la televisión o es algo más?
-No sé si de la televisión, me parece parte del futuro del audiovisual. La televisión se está convirtiendo en una especie de caja que uno tiene en el salón al que lanza lo que ve en internet. La webserie es un formato muy concreto, pero tendría que tener cabida en breve en las televisiones. Lo que se hace, lo he visto en este festival, es muy bueno. Tener un rincón para webseries en la televisión sería muy interesante.
¿Una oportunidad para jóvenes talentos?
-Permite que mucha gente trabaje en formatos más pequeños y más accesibles económicamente hablando. Es buen escaparate.
¿Le ha sorprendido lo que ha visto estos días en webserie?
-Sí. He visto productos que me han llamado mucho la atención tanto en contenidos como en producción y fotografía. Por desgracia, no ha habido mucho contenido español y lo que ha llamado más la atención ha sido el contenido de fuera.
¿Y cómo va su vida televisiva?
-Ahí estamos presentando cosas. La televisión es un proceso lento; desde que uno pone la semilla hasta que se puede sacar adelante, hay tantos procesos, tantos despachos, tanta gente con la que hablar, que hasta que un proyecto sale adelante, tarda más de lo que a algunas cabezas les gustaría.
La televisión da fama y cuando desaparece la quita, es algo así como arriba y abajo. ¿No resulta un medio un poco traidor?
-Depende de la gestión personal de cada uno. Si tú crees que la televisión te ha colocado arriba, tienes un problema porque lo que vas a notar es una caída. La televisión es un escaparate más grande que otros medios. No creo que la televisión sea traidora, sabes dónde te metes, vas a un lugar donde si los formatos funcionan estás mucho tiempo y si no ocurre eso, te vas a tu casa. Lo que uno debe hacer es meterse en proyectos que le apasionen.
¿Y a usted qué le apasiona más el mundo del guion o dar la cara ante las cámaras?
-El mundo del guion, es, sin dudar, más apasionante que presentar. Aunque yo soy un tío con suerte, siempre me he gestionado mis guiones, siempre he presentado con material mío. Soy afortunado, disfruto de las dos caras.
‘Sé lo que hicisteis’, ¿tiene una vuelta de tuerca?
-Sé lo que hicisteis no porque el panorama televisivo en general ha cambiado y el mundo del corazón también. Cuando hacíamos el programa, el mundo del corazón era más destructivo, ahora es un circo en el que juega el que quiere. Las reglas del juego han cambiado y Sé lo que hicisteis sería posible con una vuelta de tuerca o un doble salto mortal.
Compañeros suyos de entonces estarían dispuestos a volver.
-Lo sé, lo sé? Hablamos mucho sobre el tema.
¿Qué significó para usted?
-Fue un antes y un después en conocer los entresijos de la televisión y de las posibilidades que tienes a la hora de hacer un programa. Sé lo que hicisteis me permitió ver cómo es la televisión y cómo se puede hacer televisión. Empezamos en un momento en que había libertad total y absoluta, aunque cuando entraron las presiones de las audiencias fue más delicado el tema. Me permitió comprobar que si tienes libertad se hacen unos formatos muy divertidos y muy interesantes, a la gente le interesaba, nos vio un público que normalmente no veía la tele.
¿Le llegó a agobiar la popularidad que le dio el programa?
-No, tampoco te enteras, estás metido en una espiral de trabajo. Lo que notas es que cuando sales a la calle la gente te habla, te mira?
Programa en La 2 y fuera del contexto suyo, al menos eso es lo que parecía.
-Órbita laika, lo disfrutamos mucho y lo pasamos muy bien. Fue un formato totalmente distinto, además con una productora de Bilbao, K2000. Me pareció una propuesta muy arriesgada, innovadora, interesante y divertida. Cuando me llamó la productora, Blanca Baena, me dijo: Tengo una propuesta que me han dicho que no tiene sentido que te lo proponga, pero me lanzo. Me enamoré de la idea de Blanca.
Hablo de cadenas generalistas. ¿Hay talento en televisión?
-Me gusta mucho el matiz de generalistas. Hay mucho talento pero el gran problemas de las generalistas es si te dejan o no te dejan.
Es usted de Barcelona?
-Sí, soy de allí, soy catalán, no hay problema, ¿no?
Por supuesto que no. ¿Cómo ve la situación?
-Los que llevan España y Cataluña me parecen dos patanes, yo me he bajado del tema porque están generando los dos una especie de guerra entre el pueblo. Es como si los políticos nos hubieran pasado la pelota a nosotros, es un acto cobarde.
Vive en Madrid desde hace 20 años, ¿ambiente anticatalán?
-No, para nada. En este tema hay un discurso individual de cada uno, hay gente que es imbécil y que lleva al máximo el ser anticatalán y viceversa. No he encontrado un ambiente anticatalán, al menos en el entorno en el que yo vivo.
Un poco surrealista todo, ¿no?
-Sí, lo que ocurre es que para cuando publiques esta entrevista pueden haber pasado miles de cosas. Estamos hablando en un momento en el que Puigdemont dice que va a hacer declaraciones, luego las cancela, luego pone otra hora, en fin?
Los políticos están quitando el puesto a los humoristas.
-Hace mucho que nos lo quitaron. Los humoristas somos cómicos de segunda, están ellos por delante. Un cómico americano suele decir: Cuando los políticos hacen una idiotez, tú haces una broma y para cuando terminas, ellos ya han hecho un par de idioteces más. No tenemos ni tiempo para hacer bromas, los políticos son más rápidos haciendo estupideces.