bilbao - Siente la radio por dentro y por fuera y defiende a capa y espada la apuesta que un día hizo por Onda Vasca. Como director, quiere que su equipo siga manteniendo la motivación y la ilusión necesaria para hacer 24 horas diarias de radio. No descarta volver a coger el micrófono y muestra sus preferencias, la franja de primera hora de la mañana, el tiempo en que mejor funcionan sus biorritmos; aunque señala que es una idea a largo plazo porque es una franja que está perfectamente cubierta.

Hablemos del curso que ha empezado, ¿un tiempo movido?

-A ritmo vertiginoso, siempre lo digo. Todos los arranques de curso son parecidos para ponerlos en marcha con novedades, innovaciones en los guiones, cambios de sintonías, cambios de personas? Así es el trepidante ritmo de Onda Vasca, aquí no se rebaja nunca ese ritmo. Somos una emisora que va a siempre a toda máquina. No tenemos un Ferrari, somos más bien un utilitario pero con buenos conductores. Lo fundamental para que tiremos hacia delante es que la gente no deje de apretar. El milagro diario de esta emisora se hace posible porque la gente está muy implicada, es el tesoro que tenemos que preservar.

Supongo que será un utilitario de última generación.

-Pasa mucho por el taller para que todas las piezas encajen. Es como un taller de artesanía, buenos artesanos cuidando los detalles para que al final el coche llegue a su destino y en el tiempo previsto.

¿Qué destacaría de las novedades de la nueva temporada?

-Una máxima de Onda Vasca: lo que funciona no se toca. Así que hemos decidido mantener los programas que son referencia, los que sustentan la audiencia. Sí que les aplicamos cambios, modificaciones de guión para adaptarlos a las nuevas tendencias porque estamos buscando permanentemente caladeros de oyentes. Hemos apostados por nuevos espacios.

¿Por ejemplo?

-Nos tomamos todo como un laboratorio de nuevas experiencias. Tenemos un espacio sobre el vino, Vinatelia, los sábados a las 12 del mediodía. Tenemos una revista muy atrevida, Cultureando, tiene un formato distinto; diferentes agentes culturales comparten mesa, mantel y comentarios: cantan, interpretan y se lo pasan muy bien alrededor de la conversación con Alicia Romero. Tenemos también un espacio muy dinámico sobre el activismo de las ONGs, se llama Territorio de derechos y se emite los domingos a las nueve de la noche.

Un fin de semana potente, ¿no?

-Pienso que sí. Hacemos un guiño musical a aquellos programas de canciones dedicadas y tenemos un tramo de cuatro a cinco de la tarde en el que los oyentes piden música a la carta. Siempre buscamos a los oyentes que aún no se han enganchado.

Ha dicho que Onda Vasca es muy artesanal, ¿le gustaría que fuera más industrial?

-Indudablemente que a mayores recursos, más exigencia y supuestamente mejores resultados, eso pasa en la radio y en cualquier actividad profesional. No tenemos pocos recursos, sí tenemos unos recursos muy ajustados a la demanda de nuestro propio trabajo; nosotros nos exigimos muchísimo, del primero al último de esta casa, y en esa línea de autoexigencia nos gustaría tener más recursos para alcanzar rincones a los que ahora no llegamos, pero nuestro producto sigue siendo el mismo: la radio, algo que suena y gente que está al otro lado. Echas de menos algunas cosas, pero las suplimos con ingenio, creatividad y con talante, con motivación.

La política se come mucho tiempo. ¿La vida es más que política en los medios de comunicación?

-Mucho más, pero asistimos a un momento político histórico. Al margen de la derivada que tenga, hay un antes y un después que va a tener efectos en Catalunya y en el resto del dibujo administrativo de España; en Euskadi también tendrá sus botes.

Pero informativamente parece que siempre es más de lo mismo.

-La política, aun siendo importante y un contenido que demandan los oyentes de Onda Vasca, no lo es todo. Hay que decir que en Euskadi tenemos un buen conocimiento de temas políticos y hay una serie de vertientes en las que intentamos meternos en la emisora. Por ejemplo, introducir el humor en la política. Hemos estrenado Suspiros de España de Javier Vizcaíno en Euskadi hoy y con ello contribuimos a ese humor político del que hablábamos, en las tertulias también los colaboradores aportan su ironía y sentido del humor. Efectivamente, la política lo salpica todo pero hay que saber torearla para que no aburra y resulte interesante.

La apuesta de relax de Onda Vasca está en el fin de semana, ¿no?

-También el fin de semana estamos pendientes de las informaciones que tiran del carro de la actualidad y de lunes a viernes también hay espacio para el relax. Pero el sábado y el domingo hay que cambiar un poco el rictus, son días para hacer otras cosas mientras escuchas la radio: deporte, cocinar, pasear; la radio es compañía.

Tiene amplia experiencia en radio, ¿no le apetece coger un micrófono?

-Es algo que sé que terminaré haciendo, mi vocación me lleva a coger el micrófono. Siempre he tenido una querencia natural a hablar en cualquier foro en el que me encuentro, me siento muy cómodo ante un micrófono. He hecho prácticamente de todo en las emisoras en que he estado: deportes, magazines, no he hecho muchos informativos, pero he trabajado muchos géneros. Sigo teniendo interés y me sigue picando el gusanillo, no descarto nada. No tendría ningún problema en volver a la infantería para presentar un programa.

¿De qué tipo?

-Me gustan especialmente los madrugadores, soy una persona con mucha energía sobre todo temprano, soy de biorritmos matinales; duermo poco y a primerísima hora de la mañana ya tengo un montón de cosas que contar, tengo ganas de hablar. Encuentro que el tramo de la mañana se amolda más a mi personalidad.

Me lo imagino dando el tiempo y el estado de las carreteras.

-Ja, ja, ja? A nivel profesional creo que ofrezco mejores prestaciones. Volvemos al argot de la automoción: a primerísima hora de la mañana, por la noche se va apagando la batería. Dices hablar del tiempo, por qué no. Lo que ocurre es que los temas demasiado recurrentes me aburren un poco. Me gustaría hablar de otras cosas, me encanta escuchar a las personas anónimas: ¿qué cuenta la gente cuando empieza el día?, ¿cómo arrancan?, ¿qué expectativas tienen?

Como director, ¿a qué dedica más tiempo en la radio?

-A seguir teniendo al equipo motivado, mantener la ilusión de todos los profesionales por el proyecto de Onda Vasca, éste es mi reto. Estamos convencidos de que las audiencias tienen que ir a más porque estamos convencidos de que nuestros oyentes están al otro lado: participan, interactúan, mandan contenidos, sugieren temas? A veces, en dos horas de programa se reciben más de mil mensajes. Vemos que la radio está muy viva y la hacemos todos los días así de viva con la ayuda de los oyentes.