Bilbao- Ven a cenar conmigo parte de una receta sencilla en apariencia, pero de enorme complejidad en su elaboración. Cada semana, de lunes a viernes, cinco personas anónimas competirán por erigirse en el mejor cocinero-anfitrión de la velada y ganar los 3.000 euros de premio. Los concursantes intentarán seducir a través del paladar, la decoración de la mesa y el buen ambiente. Se encargará de comentar lo que ocurre pero será una voz en off, no aparecerá en pantalla. Larrodera está en racha: también presenta en Telemadrid el concurso Atrápame si puedes; y ha sido el suplente de Jordi Hurtado en Saber y ganar, una situación excepcional que le permitió gozar y disfrutar. Aunque confiesa que no consiguió que Hurtado le rebelase el secreto de su eterna juventud.

Esta temporada va a hacer doblete y en dos cadenas diferentes. Pocas veces se da esta circunstancia, ¿no?

-Estoy en Telemadrid y también en Cuatro. Estas cosas suceden cuando menos te lo esperas; son dos regalos y me llegan en un momento muy bonito. Son dos cosas diferentes, pero muy complementarias.

En ‘Ven a cenar conmigo’ tiene usted un papel muy curioso.

-Cierto, soy el narrador, la voz en off. En este programa, solo aparecen en pantalla los concursantes, ellos son los protagonistas y tienen una voz anfitriona, que narra todo lo que sucede.

¿Cuál a va ser su línea de narración?

-Me encargaré de comentar la jugada desde el desenfado y la diversión. Mi papel es contar las cosas desde un punto de vista más informal, será una narración con mucho humor.

¿Había hecho usted algún trabajo de estas características?

-Sí, y en esta misma cadena. Fui la voz de Supernanny durante seis temporadas, mientras hubo voz en off. Ven a cenar conmigo amplía mi campo de registros, no es tan serio como lo fue Supernanny, tiene mucho que ver con el humor. Poner humor encima de la mesa también resulta interesante y tiene un sabor exquisito.

Parece que está encantado de este encargo.

-Me siento muy a gusto, yo antes había hecho radio y esto me permite recuperar esa sensación que es muy diferente a presentar en televisión. Me gusta jugar con la voz, te enriquece mucho.

¿Cómo le va en ‘Atrápame si puedes’? Es un concurso que en ETB-2 tiene mucho éxito.

-También en Aragón TV funciona muy bien, en Euskadi va de maravilla? Lo llevo muy bien, es un formato muy divertido. Los dos proyectos que tengo entre manos tienen en común que generan muy buen rollo.

En el concurso que se emite en Euskadi parece que los participantes se lo pasan muy bien.

-Te cuento una anécdota: los concursantes están de lunes a viernes; cuando en la primera semana de grabación íbamos a hacer el programa del miércoles, una de las concursantes me dijo: “Me lo estoy pasando de miedo, es muy divertido. ¿Solo quedan dos? Yo quiero más”. Que te digan eso es muy buena señal, significa que hay muy buena sintonía y que todos lo estamos disfrutando mucho.

‘Ven a cenar conmigo’ es una especie de ‘reality’ gastronómico, ¿había hecho este tipo de formato alguna vez?

-El traidor, en Cuatro. Me pareció un formato espectacular, funcionó muy bien pero lamentablemente no tuvo una segunda temporada. Después se hizo con otras variantes en Telecinco y ya no fue tan bien.

Ha pasado por ‘Saber y ganar’ para sustituir a Jordi Hurtado. ¿Cómo ha sido su experiencia?

-Impresionante. Ir a Saber y ganar es como entrar en el templo de los concursos. Es un plató que impone, no entras en un concurso cualquiera, entras en Saber y ganar, ni más ni menos, con todo lo que ello implica. No sustituyes a un presentador cualquiera, sustituyes a Jordi Hurtado. Fue una experiencia inolvidable. Me recibieron con mucho cariño y pude disfrutar la experiencia, me lo pusieron muy fácil.

Aunque creo que va para largo, ¿sustituiría a Jordi Hurtado si pensara en jubilarse?

-Ja, ja, ja? No va a ocurrir, pero estaría el primero en la cola. Cuando llegué a Saber y ganar sabía que iba a ser un periodo de tiempo muy concreto. El motivo por el que estuve allí era muy menor y sabía que era para poco tiempo. Jordi Hurtado no va a tener ganas de jubilarse, haremos otras cosas, eso lo saben en la profesión, solo hay que ver lo bien que se conserva.

Por lo menos, le habrá desvelado el secreto de su eterna juventud.

-Ja, ja, ja? Se resiste, se lo guarda para él. No sabemos qué se toma pero él está estupendo.

Quizá el secreto esté en el plató. ¿No nota que se le ha pegado algo y está rejuveneciendo?

-Yo pasé la espalda por todo su camerino. Había dos botellines de agua y me los bebí, por si acaso. Hice todo lo que pude para contagiarme de esa lozanía que él luce, pero no sé si habré conseguido algo; el tiempo lo dirá. Lo intenté todo lo que podía, pero no hubo suerte al instante.

Usted es un poco Guadiana en televisión, aparece y desaparece. ¿Muchos parones en su carrera?

-Los ha habido, ya sabes que en la carrera de televisión unas veces sube y otras baja. Hay momentos en los que el teléfono deja de sonar.

¿Qué hace?

-Depende. Te pones a pensar y dices: “¿Qué he hecho mal? ¿Qué me está pasando a mí?”. Al final, tienes que aceptar las cosas como vienen, no te queda otra. Te tienes que reinventar o buscar otra manera de seguir avanzando. Yo he hecho cursos. La vida en televisión es mucho más amplia que estar delante de la cámara; he estado detrás, escribo mis monólogos y me mantengo en forma. Es como no dejar de ir a un gimnasio, pero haciendo otras disciplinas a las habituales. Hay que moverse para que cuando un día el teléfono vuelva a sonar te pille lo mejor preparado posible.