Cuenta poco sobre la evolución que ha tenido su personaje en la nueva temporada que en esta ocasión se podrá ver a través de Movistar+ Series después del acuerdo que la plataforma digital alcanzó con Atresmedia, grupo que ha emitido las entregas anteriores. Enrique Otegui no llegaba al grado de maldad de su hermana Cristina (Manuela Velasco) pero no le se quedaba muy atrás. Se estrenará el próximo viernes, día 22, ha levantado mucha expectación y se sitúa en límite del cambio de década, 1969.

¿Va a notar el espectador muchos cambios cuando ‘Velvet’ abra sus puertas, esta vez en una cadena de pago?

-No sabría decir, lo que hemos intentado es que no haya una ruptura radical respecto a la anterior etapa. Buscamos nuevos horizontes pero dentro del estilo que ha marcado siempre Velvet. Queríamos que la gente no se sintiera defraudada en cuanto a no encontrar los referentes que tenía hasta ahora. Diría que ha habido una transición y pequeños matices más que una ruptura.

¿Para ustedes, los actores, ha cambiado la forma de trabajar al hacerlo para una plataforma diferente?

-Sigue siendo similar. Una de las novedades que puede ser referencial para el espectador y para todos los que trabajamos en la serie es el hecho de pasar a 50 minutos de duración. Esa sí que es una novedad porque estamos acostumbrados a unos metrajes mucho más largos que el resto del mundo.

La duración de los capítulos de las series en las televisiones generalistas se acerca más a la duración de una película, ¿no?

-Claro. A veces se entregaban más de 70 minutos por capítulo y eso es una barbaridad. Aunque ahora hay otra manera de consumir las series y de que la gente se pueda saltar la publicidad, es un poco complicado de digerir.

Que se haya reducido el tiempo es la ventaja de trabajar para una plataforma con más recursos económicos, ¿o no?

-No lo sé. Evidentemente, el hecho de estar enfocado a unos abonados y no tener que satisfacer de manera permanente a un público generalista es una ventaja de cara a aquilatar el tipo de producto que se quiere hacer.

Usted lleva mucho tiempo en el negocio de la televisión. ¿Cree que han cambiado mucho las series?

-Sí y no. Por un lado, creo que la sensación que hay es que la ficción ha madurado muchísimo, que ha dado saltos inmensos incluso en cuanto a factura y dimensión. Hemos avanzado también en cuanto a variedad de contenidos y con la llegada de las plataformas digitales se ha avanzado mucho más. Digo también no porque también se han hecho en el pasado producciones que tenían un nivel muy alto.

Los expertos dicen que se camina hacia producciones en serie más cinematográficas que televisivas.

-Es verdad. Los guiones están muy cuidados, pero hay series de antes que se pueden comparar con productos que hacemos ahora.

¿Tiene algún proyecto más entre manos?

-Acabo de terminar hace un mes una película, se estrenará en torno a Navidad; se titula Sin filtro, la he hecho con Maribel Verdú y ha estado dirigida por Santiago Segura. Así que entre la película y la serie he estado muy entretenido.

Siempre se habla de la situación de los actores, de esos teléfonos que no suenan y de lo mal que están los actores pero cuando vemos los currículos no da la impresión de grandes parones.

-Esa una de las grandes paradojas de este trabajo. Hay ocasiones en las que das la sensación de que no paras y en otras llevas tiempo con menos visibilidad y estás a tope. En cualquier caso, en muchas ocasiones la realidad no tiene nada que ver con lo que parece que está ocurriendo.

Su primera opción no fue la interpretación, fue la carrera de Derecho.

-Por entonces ni se me pasaba por la cabeza la interpretación, tampoco Derecho, esa fue una opción por descarte. Pertenezco a la generación de las salidas de trabajo y la carrera de Derecho tenía mucho prestigio a nivel de salidas y acaba ahí.

Acabó dejando la carrera?

-Lo dejé en cuarto de carrera; pero si me pongo a pensar, la interpretación tampoco era algo con lo que yo soñara o tuviera en mente desde muy joven.

¿Entonces?

-Hay astros que se alinean para que determinadas cosas se produzcan, y cuando uno se quiere dar cuenta se dedica a esto.

Se lanzó al mundo de la interpretación junto con su hermano Jacobo.

-Siguió los mismos pasos y después de pasar por la escuela de interpretación empezó fuerte, mucho más fuerte en su momento que yo. Vio que no era su camino, aunque en esta profesión nunca sabemos si es uno el que elige o es ella la que elige los caminos que uno tiene que seguir.