Las luchas intestinas de poder, la insaciable sed de venganza y el frío del invierno más oscuro regresan al Medievo de los Siete Reinos de Juego de Tronos por quinta temporada, que llegará a Canal+ Series en la madrugada del domingo al lunes en versión original subtitulada, concretamente a las tres de la madrugada, simultáneamente al estreno estadounidense. Cada episodio de la quinta temporada se estrenará a la vez que en EEUU y se podrá ver también cada noche de lunes a las 22.30h. La serie se estrenará en dual (versión doblada o versión original con subtítulos) el martes 21 de abril. Esta nueva temporada incluye localizaciones de Sevilla y Osuna, en concreto del Real Alcázar de Sevilla y de la histórica plaza de toros de la segunda localidad, que se suman a las habituales de Irlanda del Norte y Croacia.
El drama inspirado en la saga Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin, que comenzó a publicarse en 1996, se ha convertido en el espacio de más audiencia de HBO, por delante incluso de Los Soprano, con una media de espectadores semanales de 18,4 millones en EEUU. En esta ocasión, y por primera vez, los canales asociados con HBO en 170 países emitirán los capítulos al mismo tiempo que en EEUU, a partir de las 21.00 hora de la costa Este o las 00.00 GMT del lunes.
Sus números no parecen haber tocado techo aún y la historia está lejos de su conclusión, después de que el reparto se comprometiera a hacer hasta siete temporadas, por el momento, y el propio Martin desvelara que HBO quiere que la serie dure una década. La nueva entrega consta de 10 capítulos de una hora que se emitirán semanalmente hasta el 21 de junio y tendrá como primer episodio The Wars to Come, en el que los protagonistas se ajustan a la nueva realidad tras el parricidio del líder del clan Lannister. Para esta temporada los creadores de Juego de Tronos, David Benioff y D.B. Weiss, tomaron como referencia las novelas cuarta y quinta de la saga de Martin, Festín de cuervos (2005), y Danza de dragones (2011).
Martin aún no ha concluido el sexto tomo, Vientos de invierno, cuya publicación está descartada para 2015 y tiene previsto redactar uno más, A Dream of Spring, también sin fecha de lanzamiento, lo que hacer presagiar que pronto la serie terminará por adelantar a las novelas. Juego de Tronos, no obstante, se toma licencias creativas y también en términos de historia con respecto a los libros y son HBO junto a Benioff y Weiss quienes tienen la última palabra sobre lo que pasará en la serie, no Martin.
A pesar de su éxito comercial, la serie no ha terminado de recibir el reconocimiento de la industria en términos de premios, aunque sí de múltiples nominaciones. Juego de Tronos ha sido candidato a mejor drama televisivo en los premios Emmy, los Oscar de la pequeña pantalla, cada una de sus temporadas, pero sin llegar a lograr el galardón. Desde 2011 el programa ha cosechado 14 Emmys, todos de carácter técnico menos uno, el logrado ese año por Peter Dinklage como mejor actor de reparto por interpretar a Tyrion Lannister. Dinklage fue también reconocido en los Globos de Oro en 2012 como mejor secundario de televisión por ese mismo papel.
Dinklage A este actor, un desconocido hasta Juego de Tronos pero con una larga carrera, es a uno de los que más trabajo le ha reportado la serie. El año pasado se le pudo ver en tres películas X-Men: Días del futuro, Low Down y El hombre más enfadado de Brooklyn, y en 2015 estrenará dos filmes, Taxi y la superproducción Pixels con Adam Sandler. El estrellato también le llegó a Emilia Clarke, la ambiciosa madre de dragones Daenerys Targaryen, quien será la nueva Sarah Connor en la quinta parte de la saga Terminator (Terminator Génesis) que llegará a la gran pantalla en julio, mientras que Sophie Turner (Sansa Stark) estará en X-Men: Apocalipsis en 2016. Kit Harington, otro de los actores jóvenes que más gustan en Juego de Tronos, donde encarna a Jon Snow, dio su gran salto como estrella cinematográfica el año pasado, aunque con escasa fortuna. Lideró Pompeya, cinta sobre el conocido desastre volcánico en tiempos romanos, y fracasó estrepitosamente en la taquilla de EEUU donde apenas recaudó 23 millones de dólares, una quinta parte del presupuesto. Tampoco tuvo suerte con El séptimo hijo, filme de casi 100 millones que ingresó 17.