El hombre es el animal más cruel. Con esta inquietante premisa se presentaba la serie que más titulares ha acaparado este año, True Detective, la mejor para muchos de entre títulos tan destacados como Fargo, Homeland, The Good Wife o Downton Abbey.
En uno de los mejores momentos de la ficción televisiva, seguir y conocer la calidad de cada una de la series que buscan su momento de gloria es casi una misión imposible a la altura de Tom Cruise.
Una manera de aclararse puede ser confiar en los expertos y quién mejor que los Globos de Oro, que este mes han hecho públicas su nominaciones de televisión, que en 2014 se escriben en clave de suspense y crímenes sin resolver.
Fargo y True Detective han sabido convencer a los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood al lograr cinco y cuatro nominaciones, respectivamente, para la 72 edición de los Globos de Oro.
El personal escenario que los hermanos Coen crearon en la película Fargo (1996) tiene una digna heredera en la serie del mismo nombre, que lejos de ser un simple remake es una reinvención sin desvirtuar el universo del film, con su humor negro, su ironía e incluso los toques surrealistas.
El mismo punto de partida, un asesinato en los nevados parajes de Bemidji, en Minesota, donde la llegada de Lorne Malvo (Bill Bob Thornton), un delincuente manipulador, cambiará para siempre la vida del vendedor de seguros Lester Nygaard (Martin Freeman). Una historia en la que el único oasis de cordura parece ser la policía Molly Solverson (Allison Tolman).
A la espera del estreno de su segunda temporada, una de las revelaciones del año fue True Detective, que en uno de sus capítulos incluye uno de los mejores planos secuencia de la historia de la televisión: seis minutos de pura acción.
Los espectadores siguieron con pasión hipnótica las andanzas de los detectives Rustin Cohle (Matthew McConaughey) y Martin Hart (Woody Harrelson) durante los 17 años que dura su investigación de una serie de misteriosos asesinatos rituales.
Con clara estética cinematográfica, en True Detective destaca un McConaughey en estado de gracia y una trama que se centra más en cómo el caso afecta a los protagonistas que en la propia investigación.
Pero aún hay más, los guiones de Nic Pizzolatto logran colar en el diálogo televisivo perlas de filosofía en estado puro, buceando en lo más oscuro del ser humano entre referencias a Schopenhauer, Ligotti o Nietzsche, cuyo eterno retorno está presente en toda la serie, según su guionista.
la audiencia Y junto a las revelaciones del año la audiencia sigue siendo fiel a series de culto como Juego de tronos, que un año más, y van cuatro, ha congregado frente a la televisión a millones de seguidores entorno a la consigna de winter is comming.
La adaptación a la pequeña pantalla del universo fantástico de George R.R Martin sigue una entrega más sumando adeptos a su trama de fantasía, aventuras, guerras, ambiciones y luchas por poder, entre espectaculares escenarios reales.
Las luchas por el Trono de Hierro han mantenido sin respiración a sus seguidores tanto por la violencia de sus batallas como por la gran cantidad de personajes centrales de la serie que desaparecen de esta serie de extraordinaria calidad.
Batallas menos cruentas, pero no menos crueles son las que se han librado en la segunda entrega de House of Cards, serie de calidad indiscutible y que acumula una legión de seguidores en torno al político más perverso de Washington, el vicepresidente Frank Underwood, al que da vida un más que creíble Kevin Space, y su esposa Claire (Robin Wright), una pareja a quien nada detiene.
Mucho mayor es el recorrido, cinco temporadas ya, de la abogada Alicia Florrick, que le ha reportado a Julianna Margulies un Globo de Oro en 2010 y cuatro nominaciones, en The Good Wife, que lleva a su protagonista de ama de casa engañada a jefa de su propio bufete en este drama político y legal con guiones de impecable factura.
Cinco temporadas cuenta también la serie de impecable factura británica Downton Abbey, la historia inglesa repasada de manera brillante a través de la familia del conde de Grantham, Robert Crawley (Hugh Bonneville), que busca su sitio en los convulsos comienzos del siglo XX, y de sus sirvientes.
Frente a las veteranas, el éxito de una recién llegada, la comedia Transparent, la original historia de un profesor jubilado que tras una vida ocultando su identidad sexual aparece ante sus tres hijos como una transexual llamada Maura. Innovadora o brillante son algunos de los calificativos que ha cosechado de la crítica estadounidense.
El auge en Estados Unidos de las series con personajes hispanos o de temas de interés para esa comunidad se ve reflejado este año en la nominación a los Globos de Oro de Gina Rodríguez como mejor actriz en una serie de comedia o musical por su trabajo en Jane the Virgin.
Adaptación de la venezolana Juana la virgen, la serie expone, a través de la comedia, las vicisitudes de una joven que ha optado por mantener la virginidad hasta el matrimonio.