AUNQUE la ingente oferta formal de MINI parecía ya completa, los diseñadores de la firma aún percibían en ella una fisura. La rellenan ahora con una carrocería de cinco puertas derivada de la original de tres accesos. Un pequeño estirón a su hechura permite aumentar eslora y, de paso, ganar capacidad. El nuevo envase, que llega a los concesionarios la próxima semana, añade accesos traseros sin comprometer los rasgos esenciales del genuino diseño. La alternativa de cinco puertas prescinde de las dos motorizaciones menores y propone las cuatro restantes: gasolina de 136 y 192 caballos y turbodiésel con 116 y 170. Su tarifa va de 21.450 a 27.650 euros, es decir, unos novecientos más que su precursor de calibre corto.
El debutante es 161 milímetros más largo que el MINI original de la generación actual, con lo que su longitud total alcanza 3,98 o 4,0 metros, dependiendo del acabado. La anchura es exactamente la misma (1,72), en tanto que el techo se realza 11 milímetros (1,42). Así pues, encaja entre un Clubman -carrozado con una sola puerta posterior en la izquierda y cierre de doble hoja en popa- y un Countryman. En realidad se parece bastante a este último, pero sin plataforma elevada ni adobo ‘off road’.
El ligero crecimiento respecto a la creación de tres puertas permite incrementar en 72 milímetros la separación de los ejes (2,56 metros) de paso que hace sitio a los accesos suplementarios. El fabricante asegura que las nuevas proporciones procuran una habitabilidad superior, que beneficia a las piernas de los viajeros de atrás y también desahoga la cabina a la altura de cabezas y codos.
De esa afirmación, y de la decisión de homologarlo como vehículo de cinco plazas, podría deducirse que el modelo ha ganado una talla. No es para tanto. Se trata, en esencia, del mismo MINI, aunque beneficiado por el plus de versatilidad que confieren esos cuantos centímetros extra y las puertas añadidas. Gracias a ellas es posible sacar mejor partido al asiento posterior; por lo menos, acceder al mismo ya no requiere tantas contorsiones.
No cabe duda de que este último envase brinda un poquito más de espacio a los pasajeros, que nunca deberían pasar de cuatro salvo que algunos de ellos sean niños. Los inquilinos de la segunda línea disfrutan de un desahogo superior en esta variante de cinco puertas, que también procura mayor capacidad de carga al contar con 67 litros adicionales de maletero (278 litros); además, abatiendo las dos secciones del respaldo, el cofre ofrece 941 litros útiles.
Como es lógico, la concepción interior y la ambientación de la cabina no difieren de esas tan singulares estrenadas por el MINI contemporáneo. El modelo dispone un escueto tablero de instrumentos sobre la barra de dirección, que incluye velocímetro y cuentarrevoluciones. Preside la consola central una gran pantalla de contorno circular que recoge datos sobre las constantes vitales del vehículo. Este elemento, iluminado por un anillo LED interactivo (se enciende y cambia de color siguiendo el pulso del motor), visualiza el navegador, los sistemas de información y entretenimiento, el teléfono y las principales funciones del coche; todos ellos se controlan por medio de un mando situado al pie del selector de marchas.
El estirón y el número de puertas tampoco afectan a las sensaciones dinámicas. Siguen evocando el pilotaje de un kart con una fogosidad acorde a la mecánica elegida. La casa asocia todas las motorizaciones a transmisión manual de seis marchas, pero brinda la posibilidad de solicitar caja automática secuencial.
El MINI sale de fábrica provisto de unas dotaciones bastante generosas: llantas de aleación ligera de 15” o 16”, volante deportivo de cuero (multifunción con control de crucero en Cooper S y Cooper SD), climatizador automático bizona, paquete SALT (alfombrillas de velour, asiento del acompañante con ajuste de altura, compartimentos, ordenador, paquete de iluminación), airbags frontales y laterales de cortina, cinturones con tres puntos de anclaje en todas las plazas, fijaciones ISOFIX para asientos de niños en las posteriores, sistema de control de la presión de los neumáticos, capó de retracción semiautomática para protección de peatones, dirección asistida electromecánica, sistema de gestión dinámica de estabilidad y de tracción (incluye control de bloqueo electrónico del diferencial), etc.
Asimismo, el modelo puede instalar ‘Driving Assistant’, sistema que se sirve de las informaciones recogidas por la cámara frontal para gestionar el control de crucero dinámico, el asistente de cambio automático de luces, ofrecer datos sobre límites de velocidad, avisos de presencia de personas y advertencias de riesgo de colisión por alcance (con función de frenado automático en ciudad). Otros complementos disponibles son el ‘Head-Up-Display’, que proyecta informaciones (señales, velocidad, etc.) sobre una pletina del salpicadero para evitar desviar la vista de la carretera), asistente de aparcamiento o cámara de marcha atrás.