Fue en 13 TV, conocida como la cadena de los curas o de la Iglesia. El periodista Antonio Giménez se lo quitaron los curas a Intereconomía. Digamos que ambos canales son medios de la derecha. Hoy Antonio modera El Cascabel, típico programa con tertulianos que abunda en casi todas las cadenas. Aquí, junto con periodistas transformados en opinadores, participa algún político del PSN y, claro está. Paco Marhuenda, capaz, ("mire usté"), de enfrentarse a todo tipo de juegos dialécticos sin datos y a pecho descubierto. El juego consiste en dar apariencia de discusión lo que es una atronadora voluntad de desasosiego. En la tertulia reiteraban el convencimiento de que la policía se personase en cada casa de los 200.000 "energúmenos" que habían puesto mal en las redes sociales a la presidenta de la diputación de Burgos muerta a balazos. Frases como "que los manden a galeras... Que vayan a por ellos". A aquella tertulia habían invitado a dos especialistas. Un policía llamado Serafín Giraldo que argumentó que mientras las sociedad avanza "el Código Penal no" para añadir que se modificara para que los insultantes en el futuro pudieran entrar entre rejas. En la tertulia se insistía en la necesidad imperiosa de una modificación para que estos 200.000 "miserables" fueran a la cárcel. En especial, hablaron de un tal Gramola que se había inventado una canción: "no debía alegrarme de tu muerte pero me alegro". El moderador, Antonio Giménez, se dirigía al ministro de Interior para que hiciera algo ejemplar con ese cantante. Esta bacanal se calmó un poco cuando el psicólogo Iñaki Pinuel avisaba a los contertulios que sus comentarios eran una forma de violencia en la cadena de la Iglesia. Sin solución de continuidad se presentó el libro Sacadme de aquí: el testimonio desgarrador de Asia Bibi, una mujer encarcelada en Paquistán por "blasfemar" contra El Corán y para quien pedían su liberación. Nadie quiso ver el paralelismo.