vitoria. Iker Galarza presentará hoy un especial sobre lo mitos y tópicos que hay sobre los vascos. Desmontando Euskadi -producción de Pausoka-, se emitirá después del Eguraldia y demostrará que ligar en Euskal Herria es difícil pero no imposible. Además de este ejemplo, habrá otros tópicos que serán desmontados.
Suena fuerte ese título del programa, 'Desmontando Euskadi'.
Vamos a desmontar los tópicos que hay sobre nosotros, los vascos; sobre nuestra tierra, sobre cómo somos... Vamos a demostrar que no somos lo que se piensa por ahí.
¿Cuáles son los tópicos más comunes que circulan sobre los vascos?
Vamos a arrancar con el de que en Euskadi no se liga nunca. Eso es un tópico...
¡Qué sorpresa! ¿Se liga en Euskadi? Siempre se ha dicho que no.
No es que no se ligue, es igual que en todos los sitios. Es cierto que es más difícil.
¿En qué quedamos? ¿Se liga o no se liga en Euskadi?
Es que en este tema entran las cuadrillas de chicos y las cuadrillas de chicas. En Desmontando Euskadi vamos a dar vueltas a ese tema. También se dice que los vascos son forzudos. Los que levantan piedras o los aizkolaris no son solo forzudos, son deportistas.
¿Va a utilizar su experiencia para demostrar que en Euskadi se liga? ¿Es usted muy ligón?
Ja, ja, ja... Ligón no he sido, pero tampoco se me ha dado mal cuando era más joven, ahora ya no tanto.
¿La edad?
Ja, ja, ja. Dicen que cuando te empiezan a salir canas puedes estar interesante, es que a mí me han empezado a salir canas.
Así que está usted interesante, ¿no?
No, porque según me salen las canas también se me cae el pelo. Estoy perdiendo mucho, ya no soy lo que era.
Hablemos de trabajo, ¿cómo ve la televisión?
Está como todo, mal. No hay dinero. Todos los trabajos son a corto plazo, muchas pruebas, muchos intentos. Nadie quiere apostar por las cosas a un plazo de tiempo más duradero. Si antes la televisión era competitiva, ahora imagínate, puedes competir hasta el infinito. Se hace poca ficción, está muy mal, no hay dinero ni para decorados.
¿Se ha acabado '¡Vaya semanita!' definitivamente?
Parece que sí. Pero ahora hay otros proyectos de humor que irán arrancando en breve.
Usted está haciendo uno para ETB 1, ¿no?
Ahí estamos. Estamos ahora mismo dándole forma y esperando a arrancar. Habrá dos programas de humor: uno en ETB 1 y otro en ETB 2. La gente estaba deseando esta medicina, que tan bien se nos ha dado hasta ahora, el humor.
La televisión está mal, pero ¿cómo está el teatro?
Está mal, pero a mí personalmente me ha salvado la vida este último año que ha habido muy poca tele. Siempre he intentado que se me conozca por mi trabajo en el teatro; hemos dado buena calidad, buenas funciones, la gente siempre se acerca a nosotros.
¿Sigue con el sambenito de ser el patatero de ETB?
En alguno sitios siempre me preguntan por El Pruden, me siguen invitando a los partidos del equipo de basket, del Baskonia, y yo encantado.
¿Pero no es usted un guipuzcoano de pro?
Sí, pero he hecho buenas migas con los alaveses, con los patateros. Ser patatero me ha dado mucho.
¿Cuánto tiempo ha estado en '¡Vaya semanita!'?
Siete años en total, muy buenos años. Antes hablábamos de que la tele está mal, pues mira en el pasado salíamos a la calle para oxigenar, para que en los planos se viese un poco de calle y no fuera todo decorados interiores. Ahora, como también te decía, no queda dinero ni para decorados y no tenemos más remedio que salir a la calle. No queda otra, son malas épocas.
¿Cuándo comenzó como actor?
Desde los 22 años y ahora tengo 35, ha pasado mucho tiempo. Comencé en Goenkale y fui empalmando una cosa con otra. Cuando no había mucha tele, hacía teatro y viceversa. He tenido mucha suerte porque aquí sigo.
¿Qué hacía antes?
Lo mismo que todos: primero fue el colegio, después empecé a hacer piras; lo que hace un chaval normal.
¿Piras?
Todos las hemos hecho, ¿o no? Mi padre dice que llevo toda la vida haciendo el payaso y que la diferencia ahora es que me pagan por ello. Tiene toda la razón del mundo y yo me lo paso muy bien haciendo el payaso.
¿Su único deseo era ser actor?
No me veía haciendo otra cosa, la verdad es que no sé qué más podría hacer ahora. No he probado nada más. Cuando era chaval, de una forma u otra me atraía este mundo. No sabía exactamente si iba a ser actor, guionista o director, pero sí sabía que me iba este mundo de contar historias, de compartir, de reír... Según lo he ido conociendo y voy trabajando hay muchas cosas que me atraen. No me gusta solo la interpretación. Es un mundo rico que te da muchas cosas.
¿Por ejemplo?
Me gustan los viajes cuando vamos de función, las horas de furgoneta, el poder cambiar de compañeros: despedir a unos, conocer a otros... Es un mundo que resulta agradecido para vivir en él.
Como recurso optimista a la crisis siempre se habla de imaginación. ¿Qué imaginación tiene usted en su profesión para salir de la situación en la que estamos?
Hay dos posibilidades, una es hacer chapuzas baratas. Existe ese peligro...
Ya, pero a eso no le veo la imaginación.
Por otro lado, no te queda otra que ingeniártelas. Lo que se hacía con ochenta focos, ahora igual lo tienes que hacer con cuatro. Hay que saberlos poner bien y que queden bonitos. Estamos volviendo a lo que podría ser el teatro de bolsillo. El teatro que antes era amateur no va a quedar más remedio que profesionalizarlo. Las grandes compañías y grandes espectáculos van a quedar para muy poca gente tal y como están las cosas. Tendremos que ingeniárnoslas para que las obras que hagamos se puedan ver en teatros, en casas de cultura y en todo tipo de lugares.