Y ayer Alfredo Pérez Rubalcaba también en El Gran Debate !Qué pereza¡ Estos de Telecinco se han propuesto convencernos de que el espectáculo de la política y sus personajes o pasan por sus cámaras o no existen. Esta moda de incluir la política en el juego resulta algo penosa. Los tertulianos saben que tienen la obligación de resultar polémicos para conseguir que semana a semana los vayan llamando. Pero lo que no se termina de entender es que, con este juego de opiniones, se consiga hacer espectáculo televisivo. Un mérito que tiene uno de secretos más importantes en el saber entrar, como los chicos en el juego de las soga. Una entrada a destiempo supone alboroto y que el resto de las voces actúen de escudo y te escupan del debate sin poder hilar un argumento. Aunque puestos a aparecer en televisión, casi es mejor no abrir la boca en uno de estos debates que tener que subsistir a costa de tirarte de un trampolín, que es la otra gran modo: ¡Mira quién salta!, presentados por Jesús Vázquez, y en Antena 3 con Splash! Famosos al agua y Falete en plan estrella. Como cunda el ejemplo ya me veo al personal por aquí apareciendo por los platós de televisión para intentar volver a cobrar lo que en su día se levantaban en los consejos de administración de las cajas. Y ojo porque deberían darse prisa. Primero porque las sillas de las tertulias ya las tienen los que se fueron hace tiempo como Pilar Rahola y otros que aunque no hace tanto como José Luis Revilla saben darle un inquietante tono mesiánico en sus intervenciones en La Sexta que indican que han estado toda la vida aspirando a ser tertuliano. Y luego porque otros como Xavier Sardá vuelven a la televisión de vez en cuando sin otra misión que la de dar su opinión y cobrar por ello. ¿No era algo así lo que hacían Yolanda Barcina, Miguel Sanz y compañía? Pues ahora en tele o hablan o ya saben: al agua.
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