VITORIA. El actor Roberto Álvarez es el lehendakari Agirre en la miniserie que está grabando la productora vasca Baleuko. Gernika bajo las bombas es un proyecto que ETB emitirá en otoño. El actor asturiano trabaja por primera vez en Euskadi, y lo hará para interpretar un papel que tiene una presencia limitada pero que él califica de intensa. Pero no es el único personaje que se trae entre manos, también dará vida a Julio Iglesias en una miniserie que actualmente no ha iniciado su grabación. Como actor vive un momento dulce en el que se le acumulan los proyectos, pero reconoce que muchas veces tras el trabajo intenso llegan épocas muy relajadas y tranquilas en las que admite que aprovecha para escribir.
Está usted en una buena racha laboral, ¿no?
Estoy muy contento con el trabajo que tengo. En televisión, en vuestra tierra, voy a participar en una miniserie que se está grabando ya, Gernika bajo las bombas. En ella interpretaré al lehendakari Jose Antonio Agirre. También voy a interpretar a Julio Iglesias en otro proyecto de miniserie para televisión. Acabo de terminar unos cuantos capítulos de Tierra de Lobos. Además, también estaré en el Festival de Mérida con una obra de teatro.
Parece que a usted no le afecta la crisis económica.
En estos momentos no. Soy una persona muy suertuda como dicen los argentinos. Lo que ocurre es que me ha venido todo a la vez. He estado unos cuantos meses sin hacer nada y de repente te vienen cuatro cosas a la vez; no sé si alguna cosa la podré hacer. También espero hacer una película. No voy a hablar de este proyecto porque aún no lo tengo confirmado y ya se sabe lo que ocurre, sobre todo con los tiempos que corren, las previsiones no suelen cumplirse siempre.
¿Qué le parece el personaje del lehendakari Agirre?
Dicen que tengo un gran parecido físico con él. El guion de Luis Marías está hecho con una enorme belleza, con una enorme precisión y con un profundo acercamiento a lo que tuvo que haber sido esa época y cómo se vivió el bombardeo. Estoy encantado de interpretar al lehendakari Jose Antonio Agirre.
¿Resulta complicado dar vida a un personaje que está vivo como Julio Iglesias?
No. En este caso él no está involucrado en este proyecto. Lo va contar su familia directa porque el director es su primo. Lo cuentan personajes de su entorno y eso te da garantías sobre el relato y con esa puerta abierta se trabaja mejor.
¿Cree que los problemas que arrastra el cine desde hace mucho tiempo se van a resolver con la producción de miniseries?
Todo está en revisión, esta crisis nos va a obligar a recomponer todos los sistemas de trabajo. Nuestra profesión está muy perjudicada por la situación económica que se vive actualmente. Se han retirado doscientos millones del presupuesto de Televisión Española, esta decisión del gobierno va a afectar directamente a la ficción en general: cine, tv movies y series. Es posible que las cadenas privadas inviertan menos y recorten gastos. Las subvenciones al cine también están muy recortadas, los ayuntamientos también han bajado la inversión en teatro… En esta profesión estamos sufriendo muchísimo esta recesión económica.
Permítame que le recuerde que la gente del cine y del teatro siempre ha hablado de crisis.
Yo es la primera vez que lo digo. Nunca antes había pensado que estuviera en una situación mala cuando se hablaba de la crisis. En estos momentos sí que está realmente mal la profesión, tan afectada como lo están otros sectores de la sociedad. Se han perdido muchos recursos, se han destruido muchos puestos de trabajo, y en este ambiente general pienso que lo que tú planteabas como solución a la crisis del cine, la tv movies, van a estar muy afectadas.
¿Por dónde cree que van a ir los próximos proyectos?
Creo que vamos a ir a ficciones que cuesten menos dinero, las clásicas series de televisión. La miniseries no creo que se planteen como una salida al cine, pero es una opinión particular y me expreso con reservas porque en este sentido existen muchas opiniones. Por el momento, estamos pasando muy malos momentos.
También dicen que ustedes se han visto obligados a bajar la tarifa y a trabajar por bastante menos que antes.
Como cualquier otro sector dependiente del dinero público esto está pasando. Lamentablemente el trabajo de mi profesión depende mucho del dinero que entra por subvenciones. Por ponerte un ejemplo, si tú cada vez que levantas el telón del teatro Arriaga tendrías que hacer repercutir en el espectador el coste total de la obra, el mantenimiento del edificio, los técnicos, etc, etc, sería imposible de pagar porque el precio por una obra de teatro o por una ópera sería altísimo. Como eso es inviable es necesario que una parte del costo de un montaje lo cubra la administración.
Hay mucha gente que critica este modelo de subvenciones.
Es que no es una forma de aprovecharse del dinero público, sino que el problema es que no se puede funcionar de otra forma; una parte la debe pagar el espectador y otra parte debe estar subvencionada. Al faltar dinero todo repercute a la baja en los medios para realizar un montaje o una producción, en la calidad y, por supuesto, también en los sueldos de los actores.
'Azafatas low cost', una obra de teatro escrita por usted. ¿Es nueva su afición por la escritura?
He vivido el ambiente de estudio y de trabajo del teatro independiente y además de ser actor siempre he contemplado otras posibilidades relacionadas con la interpretación; ya que también he sido profesor de actores y productor. Entre todas esas otras posibilidades siempre ha habido una que me ha arrebatado, y es la de escribir.
¿Es el teatro el medio que más satisfacciones le da?
Me gusta todo. Soy actor, y disfruto mucho con todos los medios. Pero con el teatro, no me preguntes por qué, disfruto mucho más que con el resto. Es algo vivo. En un proyecto de cine tienes un guion, lo desarrollas, interpretas el papel y el proyecto ahí desaparece de tus manos. Esta obra de teatro la estrenamos la semana pasada y seguimos ensayando pensando que se puede mejorar, cada día le das una vuelta, eso significa que el proyecto está muy vivo. Además, puedes escuchar a la gente cuando sale de ver el espectáculo. Es un camino que recorres fascinado, te seduce y te haces cómplice.