Vitoria. Julian Iantzi llega a ETB-2 todos los años, días después de los Reyes Magos. Hasta ahora ha sido un regalo para la cadena en cuestión de audiencias. El carismático presentador cruza los dedos y toca madera para que todo siga igual. Mañana comienza la octava edición de El conquistador del Fin del Mundo.

Siempre hablan de novedades y no desvelan ninguna.

Es que tenéis que verlo entero. Son veinte semanas, diecinueve programas más la final en plató. Es una aventura muy intensa, larga y dura. También para nosotros es dura la situación.

¿Diferente mecánica que en ocasiones anteriores?

Se está hablando de que hay más de dos capitanes. Están los nuevos escenarios, Piedra Parada, una zona milenaria con un paisaje lunar impresionante. En este sitio se hará una tirolina de más de cien metros. Vamos a seguir estando en el bosque Patagónico de siempre y como ya todo el mundo sabe en las cataratas de Iguazú, una de la Siete Maravillas Naturales del Mundo, y que son impresionantes con sus cascadas y su Garganta del Diablo. Allí se te ponen los pelos como escarpias.

Contado así parece todo muy bonito.

Pues no, también tiene su parte de dureza. Siempre buscamos algo que haga mella en los concursantes. Los que aguantan son los más duros y los más resistentes.

¿No piensa parar nunca de hacer 'realities'? Se va a encasillar.

¿Encasillarme con todo lo que está lloviendo hoy en día?, ni tan mal. Tener trabajo es de privilegiados. Llevo dos realities al año, este y el del Aconcagua, y tengo que estar eternamente agradecido a los que tienen confianza en mí. Es un formato que disfruto, llevo 21 programas de este tipo hechos, creo que, más o menos, sé cómo hay que hacerlo y me lo paso bien. ¿Me gustaría hacer otras cosas? Por supuesto, si he hecho reality, me gustaría hacer otro tipo de programas, que también los he hecho. A mí me va la marcha y me gusta todo.

¿Hasta cuándo va a estar viajando a La Patagonia y subiendo al Aconcagua?

¿Hasta cuándo? Si me dices que firme para veinte ediciones, te digo que sí. El del Aconcagua no es un trabajo en el que solo presento, también participo en lo que es la aventura.

No ha subido en esta edición hasta la cumbre.

En la primera edición me lo permitieron, sufrí y disfruté. En esta segunda, me dijeron que no lo hiciera por tema de formato, pero si este año tengo que volver a subir, subiré… Pero volveré a vivir la aventura con gente diferente y es lo que me gusta.

En verano emigra a Madrid.

(Ríe) Cierto, llevo cuatro o cinco años que en Madrid me ha salido trabajo. Así que con los dos Conquistadores y lo que me sale en Madrid de cara al verano cubro el año de sobra. No me puedo quejar en ese aspecto.

¿Ha cerrado su época de programas del corazón?

Ya pasó. Fue una incursión en ese mundo y creo que ha terminado, aunque nunca se sabe.

Se apunta usted a todo.

A mí me va la marcha y probé desde dentro. No es un mundo que me apasione, cuando estuve allí tampoco me apasionaba. Es un mundo que desconozco y querían los de Antena 3 que alguien que no controlaba los temas del corazón mediara entre esos dos monstruos que son Mariñas y Patiño. Pasó el verano y lo dejé. Tiene sus cosas malas y buenas, aunque yo siempre intento sumar y aprender de todo.

La crisis no va con Julian Iantzi.

De momento -espera que voy a tocar madera-, no me puedo quejar, lógicamente hay crisis y mucha gente se ha quedado sin trabajo. Trabajo tengo, no es poco, pero también se nota que los presupuestos se han ajustado, hay menos dinero, y los que tenemos la suerte de poder trabajar no lo hacemos en los precios que se hacían hace cuatro o cinco años. Al final, todos tenemos que apretarnos el cinturón y remar en la misma dirección. Queremos que los proyectos salgan adelante, estar el año ocupado. Mientras tengamos para vivir mi familia y yo, estoy satisfecho.

¿Qué tal con Juanito Oiarzabal?

Encantado, dormimos juntos y todo, qué más quieres que te cuente… ¿qué te parece?

Debe ser emocionante, para verlo.

(Risas) Que somos ya casi pareja de hecho, durmiendo juntos y casi compartiendo hasta cama.

Están juntos en 'El conquistador del Fin del Mundo', en 'El conquistador del Aconcagua', tienen que tener pesadillas.

Bueno, Juanito es un gran tipo. Ojo, yo no he dicho que vaya a ir este año a El conquistador del Fin del Mundo, como capitán seguro y público está Korta, la gente comenta que hay otros tres más. Tienes que esperar al domingo para verlo (mañana). Yo me llevo muy bien con él, cada uno defiende su parcela. Tiene mucho carácter y defiende todo a muerte, yo hago mi trabajo y muchas veces chocamos. Eso es la aventura, y fuera de ella tenemos una excelente relación y nos olvidamos de todos los cabreos y las malas leches.

En la edición de 2011 sacó usted su genio, ¿en esta próxima va a ocurrir lo mismo?

En algunos programas sí. Los concursantes cada vez saben más, hacen menos caso y, como dirían en Argentina, son cada vez más rejodidos. Hay parcelas en las que mando yo y lo tengo que hacer, sino aquello se desmadra. Soy muy educado y les pido respeto, en cuanto me faltan al respeto o veo que hacen lo que no deben, me encuentran. Si de buenas maneras no me hacen caso, tendré que recurrir a la mala leche.

¿Han hecho muchas trampas los concursantes?

Creo que este año los tenemos bastante bien controlados y también más aislados que otras veces. Pienso que no han podido hacer muchas trampas. Hombre, después de dos días sin comer que cogieran dos latas de extranjis, un conejito o un paquete de tabaco el que fuma, no son grandes botines. Intentar, seguro que lo han intentado, pero este año lo han tenido mucho más complicado.

Miembros del equipo han probado la tirolina de más de cien metros, ¿ha hecho usted esa prueba?

No me dejaron, si le ocurre algo al presentador podría ser un problema. Así que cuando hay alguna actividad que puede suponer un riesgo aunque yo la pida, me van a decir que no, quieren protegerme de esos riesgos. Tengo que confesar que me quedé con ganas, a mí que me va la marcha, los saltos…, y esa tirolina era muy interesante para activar la adrenalina.

Interesante pero también para poner los pelos como escarpias.

Es verdad, te asomabas al balcón aquel en Piedra Parada y decías: Buaffff, esto es muy heavy. Me quedé con pena.

¿Cómo se han portado el Olentzero y los Reyes Magos?

Bien, como yo no pido nada, a mí que me traigan salud…

Eso es un tópico.

Es lo más importante, y con salud me puedo pelear por cualquier cosa. Tengo de todo y el ambiente de consumismo que hay no me ilusiona demasiado. Siempre digo que si van a traerme algo, que sea práctico.