Vitoria. La sociedad no para de evolucionar y uno de los aspectos que influye en ella, el humor, también ha seguido ese camino de progreso. Dentro de los Cursos de Verano de la UPV-EHU, el crítico de cine, televisión y cómic Jordi Costa ahondó en este género que cada día tiene más presencia en la televisión. Costa impartió la charla Poshumor y la asfixia de la risa: el pequeño apocalipsis de la comedia, donde indagó en su progresión.

¿Qué es el poshumor?

Es un fenómeno que se da dentro del discurso de la nueva comedia y que define un poco a la comedia cuando no busca la risa, la carcajada como objetivo prioritario. El poshumor es cuando se utilizan los mecanismos de la comedia para provocar un efecto de incomodidad, de vergüenza ajena y a veces incluso de perplejidad.

¿Cuáles serían los ejemplos?

La serie The office, es decir, cuando se hace un modelo de comedia en el que el golpe cómico puede ser tan sutil que a veces puede ser inapreciable. Son películas que si alguien las ve sin la suficiente complicidad o sin la suficiente información igual podría pensar a primera vista que no se trata de una comedia.

Dentro de ese poshumor, ¿se englobaría al humor absurdo?

Sí, pero son diferentes cosas. El humor absurdo es otra familia dentro del humor. Cuando en un programa como Muchachada Nui o La hora chanante, un sketch se resolvía no con una conclusión humorística tradicional sino con algo incomprensible, enigmático,... en el fondo estábamos jugando al poshumor.

¿Qué tipo de comedias se pueden diferenciar en televisión?

Si hablamos de televisión en España lo que predomina es el modelo de telecomedia costumbrista que es un modelo un poco gastado. Funcionó bien en Siete vidas o en Aída, pero creo que es un modelo un poco gastado. Por otro lado está Museo Coconut, que frente a lo que habían hecho antes (La hora chanante y Muchachada Nui) cogieron un modelo más tradicional de telecomedia. Pero sí que la propia elección del tema, el mundo del arte contemporáneo, de alguna manera altera el código de la telecomedia. Podíamos decir que es una telecomedia costumbrista con la telecomedia experimental que hacen ellos. Ahora en un canal de pago iban a comenzar una serie de series que vienen de Internet. Webseries de Internet que dan otro salto en televisión. Pues eso, una serie que se llama VHS que es una telecomedia. Son como telecomedias en miniatura que beben mucho del espíritu más libre y bastante menos encorsetado de Internet.

¿A su juicio hay algún país que sea el pionero?

Para mí el país que más está avanzando en humor desde siempre es Gran Bretaña. Hay muy buenas telecomedias americanas pero en Gran Bretaña se experimenta. En Gran Bretaña, en las últimas décadas, ha habido tres figuras, tres discursos importantes. Por un lado, The office, que ha trabajado mucho el poshumor, un humor muy hiperrealista. Otro es Chris Morris, que hace humor político y es un humor de la provocación muy agresivo. Es un tipo de humor que aquí no encontramos. Luego están Edgar Wright y Simon Pegg.

¿Han dado el salto al cine?

Sí. Lo que han hecho, salvo el caso de Chris Morris, es más suave que lo que habían hecho en televisión. En cine tienen que satisfacer a un mercado más amplio. Edgar Wright y Simon Pegg hacen un tipo de comedia muy generacional, muy para la gente que se crió viendo Star Wars y leyendo cómics. Adaptan al formato de telecomedia a un nuevo espectador generacional. Pero podríamos hablar de muchos tipos de comedia.

La idea sería que Gran Bretaña experimenta y Estados Unidos desarrolla.

Sí. En Gran Bretaña se experimenta y en Estados Unidos muchas veces beben de esa experimentación para acabar algo, haciendo algo más clásico pero no me atrevería a decir desarrollar. Porque The office, aunque haya sido más longeva en Estados Unidos, la serie que tenía que desarrollar todo era la británica pero... Así como hay géneros que de repente están en una situación de estabilidad, no es el caso de la comedia. La comedia es un género que siempre está avanzando y transformándose.

Los personajes histriónicos, ¿son los que más éxito tienen?

En televisión siempre funciona más lo pirotécnico y lo extrovertido. Hay algunos registros en algunas comedias americanas. Los hermanos Duplass hacen películas, la última se llama Cirus, con John C. Reilly y Marisa Tomei; tienen un registro de humor tan sutil que yo creo que en televisión no funcionaría. En televisión necesitas jugar. Fíjate en The office, que es la serie que de repente es más sutil pero su personaje central es un personaje extrovertido y pirotécnico si quieres. Creo que eso son los medios. En televisión se favorecen los registros extrovertidos y más explosivos.

El humor se ha convertido casi en esencial, incluso las series más dramáticas tienen su toque.

Sí. El contrapunto cómico ha funcionado desde siempre. Tiene que haber algunos secundarios que tengan una caracterización más cómica y que aligeren la trama. Creo que es uno de los factores fundamentales aunque de repente hay en los últimos años en algunas películas se ha puesto de moda eliminar todo ese factor. Una de las que se ha estrenado últimamente, la tercera de Transformers, constantemente está contrastando la ingeniería muy apocalíptica con secundarios que cumplen una función cómica y luego parece que el director se olvida de ellos. No tienen una función narrativa clara. Más que nada están para aliviar.

Más allá de 'The office', ¿hay alguna serie que haya destacado por su humor?

Hay una serie americana que me parece importantísima, que es la de Seinfield. El show de Larry David, de uno de los creadores de Seinfield, que la protagoniza y escribe su propia serie. También juega mucho con la cámara en mano como registro documental. Pero hay muchísimas series que han marcado pautas. También de animación. Los Simpson es la gran historia de la comedia. Todo lo que dice Chris Morris. Todavía tengo pendiente de ver series como The Bing Bang Theory. Luego también hay una serie americana que se llama Arrested Development, que tiene un ritmo muy acelerado. Es un género que sigue muy vivo.

Esas series, ¿se han convertido en series de culto?

La ficción televisiva la consumimos de otra manera. Lo compras en DVD o te lo descargas y lo vas viendo. Hemos perdido el hábito de la cita semanal. Series como The Big Bang Theory sí se han convertido en series de culto. Cada año salen una o dos series que merece la pena seguir.

Tal y como está el humor, ¿tiene futuro?

Deseo que sí. Creo que el humor lo necesitamos. Sobre todo cuando peor están las cosas. Con crisis y demás el mejor alivio es el humor. Muchas veces sirve no como válvula de escape sino para poner el dedo en la llaga. El personaje este Chris Morris, para mí es un gran ejemplo, hace un humor político y a la vez convierte el humor en una especie de reflexión sobre el tiempo que vivimos.