VITORIa. Arantza Sinobas confesó ayer a DNA que ha sido un año muy duro y tenso. Difícil en muchos momentos, aunque ella en las horas previas al final de Aspaldiko echaba mano de los buenos recuerdos y agradecía a la cadena la confianza y el apoyo recibido. Se siente el eslabón que une las tardes de la semana que termina con la que empezará el lunes cuando Ni más ni menos levante el telón. En ningún momento de la entrevista hace alusión a su anterior compañero de viaje, Urrosolo. Afronta la nueva etapa con ganas de entretenimiento y diversión. Se despide también de su compañera de plató, Maite Esparza.
Hoy (ayer) despide "Aspaldiko".
Cierto, soy como el eslabón de la cadena que va a hacer de unión entre el viejo proyecto y el nuevo. Acabo de estar en la presentación de lo nuevo, Ni más ni menos, y me voy a cerrar el programa que he estado presentado durante todos estos meses pasados.
La situación parece muy contradictoria. ¿Qué sensación tiene en estos momentos?
Hay emociones encontradas. Por un lado es terminar una etapa, difícil; por otro lado, despido a mi gran amiga y compañera Maite Esparza.
Se va por voluntad propia, según se dice.
Me da mucha pena que se vaya. Es cierto, se va por decisión propia. Y se va a hacer un viaje a Japón, que ya me gustaría a mí, ¡qué envidia!
Dice que ha sido un año difícil, ¿no tiene un respiro entre programa y programa?
No, no tengo descanso de ningún tipo. Además, este fin de semana habrá que estar trabajando. El lunes desde primera hora habrá que hacer ceros, probar cosas... Nuestra intención es que salga un programa fantástico y maravilloso.
¿Cómo ve esta nueva etapa?
Espero que sea una etapa nueva como tú dices, que sea una etapa de entretenimiento y diversión. Estoy encantada, lo hemos dicho una y otra vez en la rueda de prensa, de haberme reencontrado con Klaudio Landa, es algo que me hace muy feliz.
¿Se va a resarcir a partir del lunes de los malos momentos vividos en su etapa anterior, calificada por usted como un año duro?
Esperemos que sí. Los que me conocen saben que, siempre y en cualquier situación, soy muy positiva. Sabes que todos los proyectos los empiezo con un empuje y una ilusión terrible.
Pero hay situaciones y situaciones, ¿no?
Este empiece no va a ser distinto para mí, es reencontrarme con un amigo y un compañero, nos conocemos desde hace muchos años. También está etapa supone seguir al frente de las tardes de ETB-2, seguir acompañando a los espectadores... ¡Qué más voy a pedir!
¿Borraría algo del año que ha vivido en "Aspaldiko"?
De Aspaldiko borraría situaciones muy difíciles, tensas; y borraría todo lo negativo que me ha ocurrido durante este tiempo.
¿Se queda con algo?
Siempre. Yo procuro, en las experiencias que tengo en mi vida, pasar de lo negativo, dejarlo en una esquina, quedarme con lo positivo...
¿Pesa más en la balanza de la última experiencia lo negativo o lo positivo?
Bueno... También ha habido cosas positivas, ¿más o menos? No sé. Mira, ha habido muchas cosas positivas y debo seguir adelante.
La veo muy positiva.
Es que no nos debemos quedar en las alforjas con las cosas negativas, eso no te lleva a ninguna parte. Pasa el momento y ya está. Merece la pena ver los lados buenos.
¿Qué espera de la televisión a partir del lunes?
Espero todo el respaldo de los telespectadores, espero que nos hagan un hueco en sus casas y nos permitan contarles todo lo que nos traemos entre manos. Sobre todo que nos reciban con los brazos abiertos. No me puedo quejar, a pesar de todo en la calle siempre he recogido muy buenas sensaciones.
¿Le preocupan las audiencias?
Me preocupan en la medida de que sabes que son los criterios que se siguen para que una televisión decida que un programa siga o no. Este proyecto, Ni más ni menos, nace por parte de ETB con expectativas de conseguir resultados.
¿Estuvo alguna vez a punto de tirar la toalla en "Aspaldiko"? ¿No tuvo tentaciones de dejarlo todo?
Yo nunca he querido tirar la toalla. Te lo digo con el corazón en la mano, y creéme, a pesar de todas las dificultades, de todo lo que haya podido haber, siempre he sido muy positiva.
Una época difícil, tensiones, momentos duros... ¿Dónde estaba ese lado positivo al que poder agarrarse?
¿Sabes lo único que a mí me daba mucha fuerza? Mi público. A las cuatro y media de la tarde me encontraba con ellos, mis espectadores. Es a quien me debo. Lo demás desaparecía en esos momentos, se borraba lo malo, empezaba lo bueno, estar con mi público. Esa era mi gran ilusión cada tarde.