Vitoria. Aitor Mazo está pasando el otoño en Galicia inmerso en el rodaje de Piratas, una historia ambientada en el siglo XVIII con abordajes, duelos y mazmorras como ingredientes de un guión en el que no falta, por supuesto, un tesoro. De momento, poco más puede contar.
Su papel es el del capitán Bocanegra, "un cruel y codicioso pirata". ¿Es para tanto?
Je, je. En realidad es una serie de aventuras, muy en género, que tiene un pirata. Los piratas son crueles, pero su existencia siempre tiene un halo romántico, la vida del que no tiene nada asegurado... En cuanto a codicioso, sí lo es, por supuesto. El oro le gusta y además sostiene que enloquece a los hombres. Y así es.
O sea que va a ser el antihéroe...
Es una serie con muchos malos... y también con muchos buenos.
¿Es que el buen pirata de Serrat no existe?
(Se ríe) Ya te digo que tienen esas dos vertientes: son malos, pero luego tienen su corazoncito.
Creo que la canción también decía que se pierden por las mujeres...
Los piratas se pierden por todo lo perdible, pero éstos concretamente de amores pocos. Un pirata no tiene una posición como para mantener a nadie.
¿Por ser un poco nómada?
Exactamente. Nunca sabe dónde va a morir.
¿Hay un tesoro en la serie?
Claro, una película de piratas sin tesoro es como una de vaqueros sin caballos o como un castillo sin almenas.
Las dos temporadas pasadas interpretó en "Acusados" a un malvado abogado, aunque parecía que lo era por encargo del personaje de José Coronado. ¿Ahora ya es un malo con iniciativa propia?
Acusados estaba más en contacto con la vida real. Hoy en día no están tan claros los límites entre los buenos y los malos. Mi personaje de Ricardo Díaz, como pasa mucho en la vida, se dejaba llevar. Al final acabas siendo un delincuente y cuando menos te lo esperas eres un asesino. Pero Piratas es una serie de aventuras.
¿Cree que "Acusados" podía haber tenido más temporadas?
Creo que fue un trabajo muy bueno (resopla), pero no sé cómo está el mercado. No sé lo que funciona ni cuáles son los códigos de actuación de la gente que mueve los hilos en la tele.
También ha hecho papeles de buena persona, pero se le recuerda mucho por su psicópata de "Policías"...
Sí, he hecho bastante de malo aunque yo me tengo por un buen actor de buenos (se ríe). No sé por qué me dan los papeles de malo, pero me gusta mucho hacerlos.
Será por su envergadura... ¿Cuánto mide?
Uno ochenta y cuatro, como Iribar. Me acuerdo por los cromos.
Telecinco dice que "es el primer proyecto de ficción para televisión que aborda este género". ¿Es una osadía?
¿Una osadía? Pues sí, pero si quieres hacer algo mínimamente artístico tienes que osar. Si te quedas en lo cómodo no hay reto. Para empezar está bien que sea una osadía. Es verdad que es la primera vez que se intenta hacer algo así aquí y ya veremos el resultado. ¡Aúpa la osadía!
¿Una serie ambientada en el siglo XVIII requiere una preparación especial? ¿Hacer producciones de época ilusiona a los profesionales?
Sí, claro, nos gusta hacer época, evidentemente, aunque luego en realidad es un engorro porque supone más maquillaje, más tiempo... es un plus de complejidad pero nos gusta. ¿A quién no? Está muy bien para un actor hacer de pirata o de romano o de bandolero. Es romanticismo puro, aunque interpretes a un villano. Claro que nos gusta hacer época y hablar como se hablaba antiguamente. Se puede crear mucho en torno a todo eso porque todos tenemos en la mente las películas que hemos visto y los tebeos que hemos leído de este tipo de cosas y nos gusta que ahora nos toque a nosotros hacerlas. Es una gozada, la verdad. Hacer de pirata es un chollo para un actor, poder abrir una puerta de una patada está muy bien. Prefiero abrir una puerta así que pasar por ella con la corbata y el maletín en la mano. A priori es más divertido.
¿No tiene ningún inconveniente?
Bueno, también entraña su dificultad porque siempre tienes algo en las manos: desde un gaznate a una espada o una botella de ron. Hay que hacer muchas cosas en cada plano pero eso te da juego para crear un tipo de personaje. De vez en cuando te caes en un montón de paja o tienes que romper el mobiliario en un ataque de ira, en fin, son cosas que normalmente no haces. Montones de cosas que hacen los piratas y que no hacemos nosotros porque no nos dejan... Bueno, si el mar fuese vino, todo el mundo sería marino (carcajada).
¿Le va a tocar hablar raro y hacer juramentos extraños?
Claro, es la época. No es que hablen raro, hablan como se hacía entonces.
En la serie es el padre de Pilar Rubio. ¿Los guionistas le han perfilado una hija obediente o no puede con ella?
Ha salido guapa como su padre.
Vaya, queda claro que no le dejan hablar mucho de "Piratas". En fin, usted ya fue el padre de Manolito Gafotas
Puff, he hecho unos cuantos padres. De hecho, el primer papel que hice en una serie fue de padre, en Juntos y revueltos, allá por el 89. ¡Y dentro de poco vendrán los abuelos!
Para ser el padre de Pilar Rubio tendría que haberla tenido muy joven...
Los piratas ya sabes, hija. No van pintando corazones en los árboles con el cuchillo.
Vale, hablemos entonces del paisaje. ¿La grabación se realiza íntegramente en Galicia?
Sí, pasamos del mar al océano, del Cantábrico al Atlántico. Casi todo es escenario natural y exteriores.
En la ficción, ¿la serie también transcurre en Galicia?
Sí, del todo.
¿Ha tenido que aprender esgrima?
Algo ya sabía, ya he hecho alguna pelea en cine, pero aquí soy un pirata y el sable va a la cabeza o al tajo. No hay que ser un fino estilista. Hay que saber parar y atacar, pero es más difícil el florete que el sable.
¿Hasta que no acabe de rodar esta temporada, no se planteará otros proyectos en cine o teatro?
Yo soy de los que prefiere hacer una cosa a la vez y no andar como un loco de un sitio para otro.
¿Vislumbra algún trabajo en Euskadi?
Poca cosa, parece que se ha quedado todo el mundo congelado. Yo sé que en Galicia están haciendo cuatro o cinco series con un montón de actores y aquí no hay ninguna.
¿Cómo va la película que dirigió con Patxo Tellería el año pasado?
La máquina de pintar nubes muestra Bilbao por el mundo bastante más que el Athletic. Ha estado en Gales, en Nantes, Varsovia, Londres, Milán, Los Ángeles, Chicago,… Enseña el Bilbao del año 74 y parte de nuestra historia y es muy bien comprendida en todo el mundo, es muy universal a pesar de estar rodada aquí. Se recibe con muchos aplausos, la gente ríe, llora,... es una gozada.
¿Se plantea volver a ponerse detrás de la cámara?
Sí, sí; eso es ya un vicio que he cogido. Espero que sea el año que viene y hacer otra película.
¿Volver al teatro será más difícil?
Al teatro hay que volver siempre. De hecho, creo que éste es el primer año en los 27 ó 28 que llevo en la profesión que no hago teatro pero es porque materialmente no puedo. De hecho, me muero de ganas de hacer teatro.