vitoria. El ex futbolista bilbaíno cambia de registro. La mayoría del público le conoce por su rendimiento sobre los terrenos de juego pero también por su labor de comentarista tanto en TVE como en La Sexta. Tras su paso por Mira quién baila, ahora se atreve con Operación Momotombo, un reality que se desarrolla en Nicaragua.
¿Cómo se ha metido usted en esta aventura?
Por mi representante. Me lo propuso haciendo un casting y yo nunca había hecho una prueba de estas.
"Mira quien baila", "Operación Momotombo", ¿le gusta tanto la televisión?
Tengo una empresa en la que damos conferencias para ejecutivos y hemos trabajado con muchas empresas. Mi representante me dijo que era un programa para transmitir unos valores a unos chicos adolescentes y que era lo mismo que el trabajo que hacíamos con las empresas. Me convenció.
¿Cómo fue el casting?
Fue durísimo. Me plantaron en un parque y me vino un chaval de veinte años que me empezó a gritar. Imagínate, estate allí veinte minutos con él sin tener nada preparado. Me llamaron y empezó toda esta Operación Momotombo en Nicaragua.
Usted y su hermano Patxi se ha convertido en dos personas mediáticas.
Tanto a mi hermano como a mí nos hubiera gustado más estar en el mundo del fútbol. Yo hubiera preferido ser entrenador o secretario técnico, estar ligado al fútbol. Como nadie nos ha dado la oportunidad en el tema del fútbol, nos queda el mundo de la televisión. Y tenemos una representante que nos vende bien y nos coloca en programas. Nos encontramos a gusto, pero esperamos la oportunidad que nos lleve otra vez al mundo del fútbol.
Su trayectoria deportiva ha sido muy intensa.
Estuve en el Athletic, dos años en el Atlético de Madrid, seis en el Barça, uno en el Deportivo de La Coruña, dos en el Sporting de Gijón, dos en Japón y otros dos en el Alavés.
¿Queda vacío cuando se deja una carrera deportiva como la suya?
A mucha gente sí. Hay mucha gente que quiere sentirse protagonista y pasar de la fama a ser un desconocido crea un vacío. Luego está el tema económico. Pasas de tener unos ingresos muy elevados a no ganar nada. Asumir esa situación es difícil y muchos no la asumen. En mi caso no tuve ningún problema; empecé en el fútbol profesional con 18 años y acabé con 38, y era ya tarde. Quizá tuve la suerte de estar trabajando al momento en TVE Y Radio Nacional como comentarista de la Champions.
¿Cuestión de suerte?
Pues sí, también cuenta la suerte. No tuve tiempo para reflexionar y pensar que no estaba haciendo nada. Además, tengo muchos hobbies.
En el Mundial hay dos jugadores del Athletic convocados, ¿cómo ve usted a Javi Martínez y a Llorente?
Es muy positivo para el Athletic. Siendo el único club que no tiene jugadores extranjeros y que cuida la cantera no era normal que no tuviera jugadores en la selección. Los dos se lo han ganado. Creo que Javi Martínez es un jugador con una gran proyección. El miedo que me da es que se vaya, creo que es la pieza fundamental del Athletic.
¿Cree que se irá?
No lo sé, pero es jugador muy apetecible para muchos equipos en un puesto que está de moda. Llorente es otra buena alternativa, puede cambiar un partido con su forma de jugar. Son diferentes, son jugadores jóvenes, con una gran proyección. Cuando estaba de comentarista en La Sexta siempre fui un gran defensor suyo. Pienso que muchas veces la gente ha sido injusta con él, porque es un pieza fundamental.
¿Tiene mono de fútbol?
Sigo ligado al mundo futbolístico, aunque es diferente estar ligado a este mundo como comentarista a trabajar dentro del campo. Pero como te he dicho antes, me gustaría, pero esa oportunidad no me ha llegado.
¿Es curioso que se den dos jugadores del nivel de los hermanos Salinas en una misma familia?
Hay muchos hermanos que han sido grandes deportistas; los Fernández Ochoa, los Vicarios? Pero no es lo normal, eso es cierto, sobre todo que seamos de un nivel tan parecido.
¿Ha existido alguna rivalidad entre ustedes?
Siempre hemos estado muy unidos. Nos separa sólo un año. Hemos estado juntos en el Athletic, en la selección? El destino quiso que yo me marchara, Patxi tuvo la oportunidad de marcharse al Barça antes y por las razones que sean no la cogió. Hemos sido rivales por defender cada uno a un equipo. Somos uña y carne.
Volvamos al terreno de la televisión. ¿Cómo ha sido la aventura en Nicaragua?
Muy dura, pero gratificante. Ha sido una experiencia difícil y complicada. Estamos hablando de unos chavales que no son niños, que son muy inteligentes, con mucho carácter...
¿Conflictivos?
No es una palabra que me guste aplicar a los jóvenes. Quizá hemos sido nosotros los que los hemos creado así y no les entendemos ni comprendemos muy bien. Estar dieciséis días con ellos ha sido complicado; broncas, peleas, trabajo y buenos ratos; lo normal. Ha sido una experiencia tremenda, a mí también me sirve para educar a mis hijos y darles la atención que merecen. Quizá muchos de los jóvenes que ahora criticamos no han recibido la atención y el cariño que merecen.
Entre sus programas, "Mira quien baila". ¿Qué tal baila ahora?
Eso es difícil, sabes que los del norte somos más patosos. Si eres andaluz igual tienes más metido en las venas eso del baile, el flamenco; los del norte somos de barra. No estamos acostumbrados a bailar ni nada de esto; encima, yo no tengo mucho oído, la música tampoco es lo mío.
¿Trabajó mucho en el concurso?
Creo que he sido el concursante que más horas he metido en Mira quién baila, cinco o seis diarias.
Entre un programa y otro hay muchas diferencias.
Exacto. Mira quién baila es un programa para divertir y entretener. Este programa, que se emite cada domingo, nos tendría que hacer reflexionar sobre la juventud, sobre nuestros hijos. No lo veo sólo como un espacio de televisión; estamos hablando de familias con problemas, de chicos a los que tienes que enseñar que la vida puede ser de otra manera, que tengan objetivos.