vitoria. Martina Klein vive con ilusión su nuevo proyecto televisivo. Tras sus experiencias como tertuliana en Cuatro y como presentadora en La Sexta, la modelo aterriza ahora en Antena 3 con la difícil labor de hacer reír al espectador. En un equipo comandado por la incombustible Anabel Alonso, Martina se asoma a la pequeña pantalla dispuesta a pasarlo bien y a hacer su trabajo lo mejor posible.

¿Cree que su familia y el público se van a sorprender al verle contando chistes?

Mi familia está esperando a ver qué estoy haciendo y cómo sale. Es que estoy abducida por este programa y ellos quieren saber de qué se trata exactamente.

¿Se considera una mujer de risa fácil?

Sí, y de llanto también. Tengo los sentimientos a flor de piel. El club del chiste es como una broma del destino porque soy la típica coñazo que al final termina contando un chiste.

¿De qué se suele reír?

Me río muchísimo de mí misma y de todo lo que se le pueda sacar punta.

¿Es importante reírse de uno mismo?

Creo que sí, es una forma de afrontar los problemas, quitarles hierro y hacer musculatura facial hacia arriba y luchar así contra la ley de la gravedad (risas).

¿Consume series de humor en televisión?

Desde la maternidad casi no consumo (risas). No tengo tiempo, pero sí me gustan mucho los programas de humor inteligente.

¿Piensa que tiene que ser la encargada de romper el tópico de la modelo sosa y aburrida?

Vamos a romper ese tópico también, ya puestos... (risas).

¿Cree que la audiencia le pedirá más por ser modelo?

Creo que en un momento dado me pide menos? Ya tengo piernas, estoy de buen ver y en un momento dado son menos exigentes conmigo. Yo sí soy más exigente conmigo misma y me castigo cuando no lo hago bien. Los demás me dicen que lo hago bien, que además soy mona, así que tengo un margen para ir aprendiendo? (risas).

Pero... ¿el mundo de la moda tiene humor?

Tiene poca gracia... Salvo casos excepcionales como Agatha Ruiz de la Prada, en general es más estricto, rígido, poco colorido? El de la moda y el chiste son mundos contrarios, aunque de la moda te puedes reír bastante.

Y las modelos, ¿son chistosas?

Somos amigas y como en todos los grupos de amigas hay bastante cachondeo, pero eso no trasciende. Laura Sánchez, de Los hombres de Paco, por ejemplo, tiene mucho sentido del humor, es la típica cuenta chistes.

¿Dónde se pone más nerviosa, en la pasarela o sobre el escenario de El club del chiste

Estar en un programa así es algo nuevo para mí, estoy absolutamente en bolas (risas). Aquí tengo muchas más transparencias que en la pasarela (risas).

Es una novata en el mundo del humor. ¿Cree que es una inconsciencia ponerse al lado de actores con una larga carrera como Anabel Alonso o Leo Harlem?

Sí, es casi suicida (risas). El programa ha hecho un casting enorme, he hecho muchas pruebas y creen que estoy a la altura. Si ellos piensan así, yo lo hago, no tengo nada que perder, sino mucho que aprender.

Pero otra persona tendría miedo?

A mí me han propuesto participar en El Club de la comedia y otros programas parecidos, pero nunca me he atrevido. Esta vez he dicho que ya está bien porque la vida es un poco de riesgo.

¿Siempre le ha tirado un poco el mundo de la interpretación?

He hecho un año y medio de interpretación y ante la cámara me siento bien y me crezco un poco. Dicen que puedo, y yo flipo. Además, siempre he sido muy payasa.