madrid. Ginés García Millán acapara titulares por su impecable interpretación de Adolfo Suárez, quien tuvo "una vida de tragedia griega", y por sus proyectos en TVE, en la continuación de La Señora y con un especial de Amar en tiempos revueltos, donde se convierte en "un James Bond de los años 50.
El actor murciano es mucho más cercano de la imagen que le han dado papeles como el altivo Bernardo Sánchez en Herederos o el ambicioso Alonso de Castro, de La Señora; incluso se emociona cuando habla de su trabajo como Adolfo Suárez en la miniserie cuyo desenlace emitirá Antena 3 el miércoles.
"Es que es muy emocionante, porque es una persona querida y respetada, y estoy muy agradecido porque alguien haya pensado que daría el perfil para el personaje", comenta sonriendo ante un parecido físico que le habían comentado en ocasiones, y que resulta tan evidente ahora en pantalla.
Aún así, el protagonista de Adolfo Suárez el presidente, ha explicado que en esta película para televisión no se ha buscado hacer "un concurso de imitaciones", y que ha abordado este "complejo" personaje "desde sus emociones, intentando ver lo que pasaba entonces a través de sus ojos, que es la manera más hermosa de trabajar un personaje".
La serie sobre el primer presidente de la democracia le muestra desde su juventud hasta el golpe de Estado del 23-F, cuando Suárez había dimitido como presidente del Gobierno en medio de intensas luchas internas entre las familias de UCD que minaron su liderazgo.
Una trayectoria vital que García Millán define como "una tragedia griega, porque contiene la ambición, el poder, una gran soledad, la traición de la gente en que confiaba y le deja solo...". Unos hechos y un personaje ya histórico que "he tenido que explicar a mis hijos, de 16 y 12 años, y que está muy bien que conozcan las nuevas generaciones", dice el actor, y completa la personalidad de Suárez con otro apunte: "Era un seductor invencible en las distancias cortas".
Esta noche en La Primera de TVE, García Millán tendrá también su parte de éxito en Amar en tiempos revueltos, en que protagoniza el especial titulado Alta traición, junto a Ana Otero, y en el que confiesa haberse "divertido mucho, aunque me ha costado lo mío dar saltos y patadas", ya que interpreta "a un James Bond de los años 50".