EL escenario en el que se va a mover la televisión en 2010 va a cambiar sustancialmente. Fusiones, apagón digital y crisis económica van a marcar las pautas de un negocio que mueve elevadas cantidades de dinero, que da empleo a mucha gente y que se basa en la información y el entretenimiento de sus clientes, los espectadores. A los tres cambios señalados hay que sumar la desaparición, a partir del 1 de enero de la publicidad en TVE, lo que modifica su programación y cambia las reglas de juego de su funcionamiento. Berlusconi y la familia Lara -propietaria de Planeta- son los que van a mover los hilos del mercado televisivo estatal. Mientras tanto, televisiones autonómicas y locales no quedarán en una posición cómoda cuando todos los cambios que se avecinan en la nueva década estén a pleno rendimiento. La ley que permite las fusiones ha dejado a las televisiones privadas en manos de dos grupos de poder de derechas.

Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de Ciencias de la Televisión, señala que el nuevo año va a ser muy interesante para el mundo audiovisual. Juzga en positivo la concentración de poder en dos grandes grupos televisivos: "Hay que tener en cuenta que cuando yo era director general de Antena 3, el 75% de la audiencia estaba en manos de TVE, Telecinco y Antena 3. Ahora, las tres cadenas juntas no llegan al 50%. La audiencia se ha ido fragmentando con la aparición de nuevas empresas, con la irrupción de internet, con los canales de TDT. Ahora nos enfrentamos al gran cambio en el panorama televisivo".

Para Campo Vidal, la fracturación de audiencias no es un factor negativo: "Hay que aprender a convivir con otro ranking de audiencias. En Estados Unidos las grandes cadenas tienen un 11% y nadie se lleva las manos a la cabeza, es algo normal. Aquí llegaremos a esa situación y seguiremos viendo la televisión". El gran problema del mundo audiovisual se está centrando en la grave crisis económica, que ha rebajado un 40% los ingresos por publicidad y que no se recupera.

cuarenta canales Por su parte, Enrique Lauzirika, secretario general de FORTA, señala que la implantación de la TDT favorecerá la emisión de cuarenta canales televisivos. De éstos, según otros expertos, doce estarán en manos de las dos grandes empresas resultantes de las fusiones: "Esto va a hacer que las audiencias se fragmenten más de lo que ya están. Tampoco va a significar que todos los canales sean tan competitivos como los convencionales". Todos los expertos consultados coinciden en señalar que el modelo televisivo está en proceso de cambio y que de esta nueva revolución saldrán productos diferentes y formas distintas de afrontar el negocio audiovisual, pero nadie se atreve a dibujar con exactitud esos posibles cambios: "La mayor revolución está en los soportes. Que se vea más televisión por internet también modifica la concepción del negocio audiovisual, pero aún no tenemos claro cómo lo vamos a percibir", señala Campo Vidal. Lauzirika señala que los canales autonómicos agrupados en la FORTA no se han planteado -ni tienen intención de hacerlo- suprimir la publicidad: "Es algo que no hemos entrado a valorar. La televisiones autonómicas seguirán, en este sentido, funcionando tal y como lo están haciendo ahora. No nos hemos planteado eliminar la publicidad de nuestras pantallas".

El secretario general de las televisiones autonómicas señala que el espectador va a percibir una mayor especialización en los canales de televisión que salgan tras la universalización de la TDT en el Estado español. La señal analógica tiene fecha de caducidad, 3 de abril, aunque algunos sectores esperan -o desean- una posible demora: "Veremos en abierto cadenas destinadas a deporte, documentales, información, tercera edad, compras...".

La concentración de cadenas también tiene un claro efecto en la publicidad. Los dos grandes grupos reúnen el 48% de la audiencia estatal. Con estos datos les va a ser mucho más fácil negociar paquetes publicitarios que distribuirán entre su canales. También les va a facilitar la negociación con las productoras. La unión de Telecinco y Cuatro arroja un saldo del 25% de audiencia, mientras que la que saldrá de Antena 3 y La Sexta será de un 23% de media. La ley no permite que ningún grupo supere el 27% de audiencia. El 42% de la audiencia se repartiría entre los canales que estén al margen de estos dos grupos de poder audiovisual. Se calcula que llegarán a veintiocho con el apagón analógico. Entre ellos están las dos cadenas de Televisión Española y sus canales que actualmente funcionan en TDT y la red de televisiones autonómicas.

"Las televisiones autonómicas se preparan ante estos cambios a duras penas. El panorama audiovisual está muy complicado, y con las fusiones aún más. Es un panorama negro el que se avecina. El tema publicitario está mal. La llegada de más canales diversifica la oferta, también las opciones de los espectadores. El escenario no es halagüeño para las cadenas autonómicas". Enrique Lauzirika señala que en estos momentos el consumo de televisión convencional está liderado por un público adulto e infantil. "Hay una franja de edad muy amplia, de los 10 a los 30 años, con gustos muy diferentes, pero que se han alejado de esta televisión más tradicional. Es el grupo que reparte su tiempo de entretenimiento entre los videojuegos e internet y también buscan la información en la red".