EL último capítulo de Monk se emitió el pasado viernes en Estados Unidos, en la cadena de cable USA Network. Tras ocho temporadas en antena (se estrenó en julio de 2002) y 125 episodios después, el detective más maniático de San Francisco por fin ha resuelto el crimen que más le importaba: el de su esposa Trudy, ocurrido doce años antes con la colocación de una bomba en su coche. A los espectadores vascos todavía les falta mucho para conocer al responsable, porque ETB-2 emitió en septiembre la séptima tanda y es muy probable que haya que esperar diez meses más para ver el final. Algo parecido sucede en el canal temático Calle 13, al que aún le quedan tres capítulos de la penúltima entrega.

Euskal Telebista estrenó Monk en febrero de 2004 y entonces la emitía sólo los sábados, como hizo con la segunda y tercera temporada. En noviembre de 2006 llegó la cuarta entrega, y ya fue ubicada en el lugar de honor inmediatamente anterior al Teleberri y de lunes a viernes. Sin duda, esta producción relativamente modesta para los costes que se barajan hoy en la televisión estadounidense ha sido una de las ficciones extranjeras más rentables para la televisión vasca, ya que con frecuencia marca registros cercanos al 20% de share ¡con episodios multirrepetidos! y congrega a diario a casi 150.000 seguidores. Su despedida en EEUU reunió a casi 13 millones de personas y se va con una colección de nominaciones y premios que ya quisieran algunas series denominadas "de culto".

Su protagonista, Tony Shalhoub, ha conseguido tres Emmy (2003, 2005 y 2006) al mejor actor de comedia, dos premios del Sindicato de Actores y un Globo de Oro. Para este eterno secundario ha sido el personaje de su vida, Adrian Monk, un tipo obsesivo-compulsivo que se ha ganado el cariño de los espectadores con sus 103 fobias, aunque cuando le preguntan a cuántas cosas tiene miedo la lista llega a 312 y abarca desde los gérmenes ("toallita, toallita") hasta las alturas, pasando por los dentistas, las agujas, la leche, los champiñones, las barbas, las abejas, los espacios cerrados, la desnudez y, sobre todo, el desorden y la falta de simetría. También es muy llamativa su manía de beber agua de una sola marca, Arroyos de la Sierra, como descubrieron los espectadores que vieron El señor Monk va a México (segunda temporada), uno de los más divertidos de toda la serie.

Enfermera y psiquiatra Monk es una serie blanca del todo y su protagonista es un detective de homicidios de la vieja escuela, tipo Jessica Fletcher (Se ha escrito un crimen) o Colombo. No tiene nada que ver con la nueva generación emergente que preside Grissom (CSI), ni necesita procesar el ADN o hablar con los espíritus. Lo suyo es observar y escuchar. Fijarse en todo hasta que sus neuronas acaban haciendo conexión y puede decir su frase más famosa, como un moderno Hércules Poirot: "¡Esto es lo que sucedió!" ("Here"s what happened!") y procede a desenmascarar al culpable.

Los guionistas decidieron desde el principio que un personaje con tantas limitaciones personales y sociales necesitaba a su lado una enfermera/asistente/secretaria, su propio Watson pero a sueldo, sin convenio y con infinidad de obligaciones. Por eso, crearon el personaje de la descarada Sharona Fleming, interpretada por Bitty Schram. Sin embargo, en medio de la tercera temporada esta actriz hizo mutis por el foro sin que nunca se haya dado una explicación oficial y sin que muchos fans de la serie la hayan olvidado. En el futuro tendrán una pequeña alegría porque accedió a volver para un único episodio: el décimo de la octava y última tanda. Su puesto de trabajo fue ocupado por la mucho más modosa Natalie Teeger (Traylor Howard), que acaba sacando el genio con su jefe, sobre todo por asuntos económicos. En la séptima temporada Adrian Monk también cambió de terapeuta, pero esta vez las razones fueron evidentes y de fuerza mayor. La repentina muerte del actor Stanley Kamel obligó a matar también al doctor Charles Kroger, un santo varón al que no parecía fácil reemplazar. El famoso detective se resiste con uñas y dientes a acudir al nuevo psiquiatra, Neven Bell, interpretado por Héctor Elizondo. Este actor es el inolvidable director del hotel Regent Beverly Wilshire de Los Ángeles, en el que viven su historia de amor Julia Roberts y Richard Gere en Pretty Woman.

Amigos y hermano El repaso a la serie no quedaría completo sin dos personajes fijos que han acompañado a Monk desde el principio, el comprensivo capitán Leland Stottlemeyer (Ted Levine) y el bobalicón teniente Randy Disher (Jason Gray-Stanford), para los que el protagonista es un ídolo a pesar de estar apartado del servicio. Hay otro personaje que sólo ha aparecido como estrella invitada, pero le ha cundido tanto que le reportó un Emmy en 2004. Es Ambrose Monk, el hermano de Adrian, al que da vida John Turturro y cuya principal característica es la agorafobia que le impide salir de casa. Su trabajo es escribir manuales, sobre todo de electrodomésticos, y ha proporcionado a la serie grandes momentos.

Sólo falta mencionar otra polémica, la que causó la sustitución del tema de jazz de Jeff Beal -que fue la sintonía de la serie la primera temporada- para dejar paso a otra gran presentación, It"s a Jungle Out There, de Randy Newman. La bronca fue de órdago, los dos se llevaron un Emmy y la música del primero siguió escuchándose al final de cada episodio, mientras desfilan los créditos.