Son muchas las mujeres que sufren reglas dolorosas que interfieren notablemente en su actividad cotidiana, que no se solucionan con un tratamiento médico sencillo y que son causa de absentismo laboral.

El debate ha saltado a la actualidad a raíz de la nueva ley del aborto impulsada por el Gobierno, la cual incluye un capítulo sobre salud menstrual que contempla bajas de tres días por reglas dolorosas e incapacitantes.

En el argot médico este problema se llama dismenorrea y es el síntoma ginecológico que afecta a más mujeres, alrededor de un tercio de las que están en edad reproductiva. Algunos estudios apuntan a que es más frecuente en mujeres fumadoras, con sobrepeso, que consumen alcohol durante la regla o que han tenido la primera menstruación antes de los 11 años.

Históricamente ha existido la tendencia a normalizar el dolor de la regla, pero en algunos casos llega a ser grave e incapacitante. Además del dolor en la zona pélvica y abdominal, la menstruación puede provocar dolor lumbar, cólicos, sangrado abundante, nauseas o vómitos, fatiga, mareos o desmayos, dolor de cabeza y diarrea.

Expertos indican que la dismenorrea puede estar relacionada con un exceso de producción de prostaglandinas. Estas hormonas, que hacen que los músculos del útero se contraigan y se relajen, podrían explicar el dolor intenso.

Para dar con las causas del dolor de regla hay que distinguir entre dismenorrea primaria y secundaria. En el primer caso, no hay ningún trastorno específico, puede deberse a un desajuste hormonal que causa contracciones uterinas anormales y finaliza el segundo o tercer día de sangrado. Puede tratarse con antiinflamatorios o con un tratamiento hormonal anticonceptivo. Aplicar calor en la zona del dolor, practicar un ligero ejercicio físico y mantener una dieta equilibrada podrían ayudar a reducir los síntomas.

En el segundo caso, el dolor está producido por patologías como endiometriosis, adenomiosis, miomas uterinos o enfermedad inflamatoria pélvica y con los años aumenta su intensidad y su duración. El tratamiento puede ir desde el uso de analgésicos hasta la cirugía.

Grados de incapacitación por la dismenorrea

La dismenorrea puede causar distintos grados de incapacitación que vienen dados por el nivel de dolor, por la respuesta a los analgésicos y por cómo interfiere en el día a día de la mujer. Hay que distinguir entre un grado leve, moderado y severo:

- Leve. La regla es poco dolorosa, a veces ni siquiera son necesarios los analgésicos y no suele interferir en la actividad de la mujer.

- Moderada. La menstruación es moderadamente dolorosa, se sobrelleva con analgésicos e interfiere en la actividad habitual de la mujer.

- Severa. La menstruación es muy dolorosa y va acompañada de nauseas y dolores de cabeza. Para calmar los dolores, no basta con analgésicos y es la responsable de una elevada cifra de absentismo laboral y escolar.

¿Qué síntomas deberían ser motivo de consulta médica?

El primer paso para tratar la dismenorrea será acudir al médico de cabecera, que nos recetará algún tratamiento de los habituales.

Si no se resuelve el problema, tendremos que acudir a un especialista. En este caso, el ginecólogo realizará un examen físico y una entrevista clínica para conocer sus síntomas y completar su historia. Para confirmar el diagnóstico de dismenorrea, el especialista puede solicitar pruebas complementarias, como un análisis de sangre, cultivos o una ecografía.

Los principales motivos de consulta al ginecólogo son: la escasa respuesta a los antiinflamatorios, la menstruación afecta a la actividad cotidiana, los síntomas ginecológicos poco habituales, síntomas extraginecológicos y antecedentes familiares de endometriosis.