Por fortuna hablamos de algo breve y con mínima importancia, no obstante, este tipo de golpes son muy habituales.

Puede que lo llamen el hueso de la risa, sin embargo, golpearse el codo no es precisamente asunto de risa, sino más bien un dolor que casi nos hace levitar y soltar varios improperios, por lo que la risa es bastante relativa.

El problema de este tipo de golpes tiene una simple razón. En primer lugar, estás golpeando un nervio, concretamente el cubital, uno de los principales de nuestros brazos. Este viaja desde la columna hasta el cuello y desciende por el brazo hasta el codo.

Según Dominic King, doctor en medicina preventiva, cuando el nervio atraviesa un túnel óseo en el codo, queda expuesto.

"Cuando golpea el nervio contra algo duro, lo comprime entre el hueso del codo y la superficie dura que golpea. Y cuando se empuja contra la cresta ósea, el nervio cubital experimenta el llamado 'atrapamiento del nervio cubital', o el inicio rápido de un dolor agudo similar a una descarga eléctrica que recorre el brazo y la mano, y un entumecimiento extraño en la extremidad", sostiene a la revista ‘Live Science’

Eso sí, no hay que preocuparse, aunque el nervio está muy cerca de la piel y se siente un gran dolor, golpear el hueso de la risa rara vez causa daño y el dolor desaparecerá después de unos minutos.