Dicen que "no podemos poner la mente en blanco; no podemos evitar pensar, pero sí gestionar nuestros pensamientos de otra manera, lo que hará que nuestro estrés sea más manejable". Carmen Castro y Elena Mendoza responden al alimón a esta entrevista, en la que aseguran que "lo que queremos trasladar con nuestro libro es que no tenemos que estresarnos por gestionar el estrés. Hay que ir dando pequeños pasos, ya que no se puede hacer en un día. Además, juegan ahí otros factores, como la alimentación, el deporte o los hábitos saludables".

¿El estrés es una de las enfermedades del siglo XXI?

Si escribes en cualquier buscador la palabra estrés podrás encontrar muchos artículos, algunos científicos y otros divulgativos, que así lo manifiestan. Sin embargo, parece que lo acabáramos de descubrir y que esté íntimamente relacionado con nuestro estilo de vida occidental, pero en realidad el estrés ha existido siempre y ha cumplido su función: la de ayudarnos a adaptarnos a las exigencias del medio.

¿Por qué se tiene esa idea tan negativa del estrés?

Porque lo asociamos a su forma peor y a las malas sensaciones que tenemos cuando estamos en niveles muy altos de estrés, pero lo cierto es que es imposible vivir sin él.

¿Cuáles son esas malas sensaciones?

Dormimos peor, nos duele la espalda, se nos olvidan las cosas, baja la autoestima, nos cuesta tomar decisiones€. Pero el estrés, si lo utilizamos bien y ayudamos al cuerpo a desconectarse a su tiempo, nos ayuda a aprovecharnos de ese punto de activación, de adrenalina, que también todos hemos sentido en algún momento y que nos hace estar con los cinco sentidos a tope en los momentos en los que más los necesitamos.

¿Como se han unido una licenciada en Derecho (Carmen Castro) y una consultora en Bienestar corporativo (Elena Mendoza) para escribir Quiero aprender a gestionar mi estrés?

Ya llevábamos cinco o seis años colaborando juntas en formación, sobre todo en bienestar y gestión del estrés, tocando todos los ámbitos que nosotras considerábamos necesarios para hacerlo. Ambas, aunque de manera independiente, estábamos ya en este ámbito del bienestar, pero coincidimos en un momento dado, a partir de ahí empezamos a colaborar y creamos una empresa juntas enfocadas a estos temas. Y luego surgió lo de hacer el libro.

¿Fue durante la pandemia?

No, lo escribimos antes y estaba pendiente de publicación, pero se retrasó debido a las circunstancias. Pero ya estaba hecho antes de todo este lío.

¿Qué podemos encontrar en él y para qué nos puede ser útil?

Pues lleva ideas, consejos y recursos sencillos y prácticos que, seguro, ayudarán a conseguir lidiar con el estrés. Además, profundizamos sobre dos técnicas que han demostrado ser muy eficaces tanto para la gestión emocional como para la de pensamientos, generando calma y claridad en la mente: EFT (Tapping) y Atención Plena (Mindfulness). Las dos están colgadas en la web ZENWorking a través de un enlace, y se pueden hacer mientras se está leyendo.

¿Cómo beneficia el Tapping en nuestro día a día?

El Tapping ha sido descrito como "la acupuntura sin agujas para las emociones", ya que consiste en estimular los puntos de inicio y final de los meridianos de acupuntura china con los dedos, a la vez que la persona se mantiene enfocada en la emoción o el asunto que quiere tratar. El EFT (Emotional Freedom Techniques), que es como también se conoce al Tapping, es por lo tanto una técnica de regulación emocional gracias a la estimulación de determinados puntos con la yema de los dedos mientras permanecemos enfocados en la emoción que queremos liberar. Se sustenta en la premisa básica de que toda emoción o creencia limitante es previamente un desequilibrio en nuestro sistema energético.

¿Se trata de rebajar nuestro sistema emocional y nervioso?

Es que cuando eliminamos ese desequilibrio, la emoción y la percepción que tenemos del problema cambian, y entonces somos más capaces de conectar con emociones positivas y creencias potenciadoras. Con el Tapping conseguimos relajar la respuesta emocional y calmar el sistema nervioso. Tal y como se comenta en el libro, podemos bajar la intensidad de cualquier emoción que estamos sintiendo con una intensidad desadaptativa. Ahora, si trabajamos los miedos y el enfado, que son las dos emociones asociadas a la respuesta de lucha-huida del propio mecanismo, estaremos, sin duda, reduciendo nuestros niveles de estrés.

¿Y cómo se definiría la Atención Plena (Mindfulness)?

Como un estado de conciencia dirigido y focalizado al momento presente, con actitud de aceptar todo aquello que acontezca con amabilidad, sea agradable o desagradable, y sin juicios. Es la capacidad de estar en el presente de manera consciente, atentos a lo que hacemos en cada momento. Fundamentalmente, esta capacidad se desarrolla mediante la práctica de ejercicios meditativos, y dichos ejercicios los podemos hacer mientras realizamos nuestras actividades de la vida diaria, por lo que son fácilmente encajables en una agenda normal.

¿De verdad estos ejercicios se pueden hacer en cualquier momento?

Sí, podemos empezar cuando nos levantamos y estamos en la ducha, sin engancharnos a nuestros pensamientos y observando las sensaciones, los olores, el vapor que empieza a rodearnos... es decir, todo aquello que nos está aportando esa experiencia. Podemos hacerlos durante el desayuno, cuando nos lavamos los dientes, cuando fregamos los platos, cuando vamos caminando al trabajo, cuando estamos atendiendo al teléfono... En definitiva, toda actividad es buena para esta práctica.

¿Es importante enseñar a la gente, a organizaciones y a empresas a gestionar el bienestar de las personas?

Sí, porque nos hace mucha falta un entrenamiento para mantener a raya el estrés. Hay maneras de trasladar estrategias encajables en nuestra agenda de una manera sencilla para que, trabajando poco a poco y con un objetivo a largo plazo, se puedan desarrollar competencias que hagan el trabajo más sencillo a los empleados.

Por ejemplo, con el tema del teletrabajo.

Ambas llevábamos mucho tiempo asesorando a grandes empresas, y cuando llegó la pandemia muchas se vieron obligadas a adoptarlo y les pilló de sorpresa, sin tener una preparación previa. Ahora nos encontramos con que numerosas personas que están teletrabajando se encuentran en situaciones de estrés muy preocupante y les cuesta mucho desconectar. Nos suelen contar que trabajan más que cuando hacían presencial y tienen la sensación de que todo el rato están a disposición del empleador.

Y en sus clases, ¿qué ofrecen?

Desde las competencias que les servirán para la gestión el tiempo, la planificación y saber controlar el estrés, hasta la autorregulación, tanto emocional como física. Que la persona se conciencie de la importancia que tiene que cada 90 minutos hay que hacer una pausa activa, algún ejercicio, alguna respiración, algún estiramiento... en definitiva, la prevención de riesgos posturales. Porque no toda la gente está preparada para trabajar en su casa ni tiene una buena silla, por ejemplo.

¿Se están incrementando con la pandemia los episodios de estrés?

Mucho, y además todos los especialistas nos están advirtiendo de que cuando pase la actual crisis sanitaria empezarán a surgir numerosos episodios de enfermedad mental, depresión, ansiedad... Son una amenaza para la vida y no estamos preparados para afrontarlas ni disponemos de las competencias para enfrentarnos a una situación de pandemia tan larga como esta, por eso pasará factura a nuestra salud psíquica.

¿El factor tiempo es importante?

Sí. No es lo mismo que el encierro de marzo hubiera durado un mes a que se alargase en el tiempo, y además la situación luego no fue a mejor. Eso ha dejado una huella en las personas, y no suelen ser creíbles quienes dicen que a ellos la pandemia no les está pasando factura. Las personas a las que les ha pillado más bajitas de moral tienen mayores episodios de ansiedad y más dificultades que aquellas que tenían mejor su autoestima cuando llegó este episodio.

Por sexos, ¿quiénes lo sufren más, hombres o mujeres?

Estadísticamente nos sitúan a las mujeres como más estresadas, pero no es tanto por el sexo como por el tipo de vida que lleves. Las mujeres nos hemos cargado de más responsabilidad, en los trabajos de fuera y de dentro de casa. En general, nosotras somos más de irnos a la búsqueda de la solución mientras que ellos rumian menos.

¿Se ha banalizado la palabra estrés?

Sí, porque cualquiera que tiene mucho trabajo dice que está estresado, y esto no ayuda en absoluto, porque hay estudios que han demostrado que detrás de numerosas dolencias el factor estrés es muy importante. Es algo que hay que tomárselo en serio, y es verdad que ese lenguaje coloquial no ayuda para nada. Es cierto que el estrés se asocia al exceso de trabajo, aunque no sea algo absoluto, porque hay quienes trabajan muchísimo y no se estresan. Por eso, en nuestros cursos lo que queremos explicar a estas personas es que parte de la responsabilidad es suya. No todo es lo que les pasa, sino cómo lo viven. Aquí es cuando empezamos a trabajar factores personales como la forma de percibir la realidad, porque se están disparando los mecanismos del estrés muchas veces de una manera anticipada.

¿Cuáles son las primeras señales de alarma para pedir ayuda?

Los problemas digestivos. El estrés se asocia con inapetencia o, justo al contrario, con una necesidad de atracones, y es bastante común que sientas necesidad de comer dulce o que te apetezcan cosas inadecuadas, como el tabaco, beber... También hay síntomas físicos, y podemos sufrir problemas hematológicos, hepatitis, mayor dolor muscular€ Y también sufrir con una mente muy disruptiva con numerosos pensamientos negativos que no permiten concentrarte ni atender a nada, además de con baja productividad, irritabilidad, etc. De hecho, según los farmacéuticos se ha incrementado el consumo de ansiolíticos, algo que la gente está normalizando. Nosotras no hacemos tratamientos terapéuticos, y cuando detectamos síntomas graves derivamos a esas personas a los expertos.

La portada del libro.

PERSONAL

Carmen Castro

Formación: Licenciada en Derecho. Socia-Directora de ZEN Working y experta en Mindfulness para la Salud. Es consultora y formadora especializada en técnicas de gestión de estrés y trastornos del sueño.

Investigaciones: En los últimos años viene trabajando y centrando su atención en investigaciones relacionadas con la neuropsicología, la mente y el estrés, y los beneficios psicológicos de la Atención plena.

Elena Mendoza

Trabajo: Es Socia-Directora de ZEN Working, consultora especializada en bienestar corporativo.

Especialidad: Desde hace años difunde y enseña las Técnicas de Liberación Emocional, conocidas como EFT o Tapping en diferentes contextos e instituciones, siendo su especialidad la gestión del estrés y del miedo en los procesos de cambio.