El programa de detección precoz de cáncer de mama de Osakidetza cumple este domingo 25 años de funcionamiento, en los que se han realizado más de 2 millones de mamografías que han permitido detectar en Euskadi más de 10.300 cánceres, en su mayoría en estadios precoces.

El programa de detección precoz de cáncer de mama se inició el 29 de noviembre de 1995 en el área sanitaria de Araba y a partir de 1997 se extendió al resto de las comarcas sanitarias de Euskadi. Al principio, estaba dirigido a todas las mujeres de entre 50 y 64 años, y en 2006 se aprobó la extensión hasta los 69. Además, en 2011 se incluyó en el cribado a mujeres de entre 40 y 49 años con antecedentes familiares de cáncer de mama de primer grado.

Su objetivo es detectar los cánceres de mama en el estadio más precoz posible con el fin de disminuir la mortalidad por esta causa y aumentar la calidad de vida de las afectadas, con "un mayor número de tratamientos quirúrgicos conservadores no mutilantes", ha explicado el Departamento vasco de Salud.

El programa consiste en la realización de mamografías en ambas mamas, unas pruebas que se repiten cada dos años. La citación se realiza mediante carta, donde figura el lugar, la fecha y la hora de la cita. Los resultados de las pruebas se reciben mediante carta, en el plazo de seis o siete días.

Desde que se puso en marcha este programa, hasta junio de 2020, se han realizado 2.193.076 mamografías, que han posibilitado detectar 10.392 cánceres, en su mayoría en estadios precoces. La respuesta de las mujeres al programa es, en palabras de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, "excelente". En concreto, la participación acumulada de estos 25 años es del 80% de las mujeres llamadas a realizarse las pruebas.

Para realizar esta labor, el programa de detección precoz de cáncer de mama de Osakidetza cuenta en la actualidad con una unidad de gestión, 11 unidades de cribado, siete unidades de valoración y seis hospitales de referencia cuyos Comités de Mama, en sesiones clínicas semanales, establecen las pautas diagnóstico-terapéuticas y el seguimiento de las lesiones sospechosas.

Sagardui ha asegurado que se va a seguir "trabajando en la prevención todos los años que haga falta" y ha agradecido a los profesionales de Osakidetza el "esfuerzo" que están realizando para que el programa de cáncer de mama "no sufra ninguna alteración durante la pandemia.

SATISFACCION DE PARTICIPANTES

Según la última encuesta de participación, fechada en 2018, "prácticamente la totalidad" de las mujeres participantes considera que el programa es necesario y que sirve para detectar en muchos casos el cáncer de mama en sus primeras fases.

En términos generales, nueve de cada diez mujeres dicen estar "muy o bastante satisfechas" con el programa, tanto con la organización, como con la información recibida, así como con el trato y la profesionalidad del personal que les ha atendido.