No hablamos solo del contenido; también del contenedor. Los plásticos de un solo uso y la creciente cantidad de residuos que generamos en el día a día están provocando grandes problemas medioambientales. En nuestra vida corriente hay muchas cosas que podemos hacer con poco esfuerzo para reducir residuos drásticamente y controlar el desperdicio alimentario que generemos.

Comer en la oficina es una de esas acciones cotidianas en las que se pueden llegar a generar un gran número de residuos sin darnos cuenta (no tiramos esos desechos a nuestro cubo de la basura, y por lo tanto somos menos conscientes de ellos).

Para empezar, la fiambrera tradicional de plástico es lo primero que habría que desechar. No solo por respeto al medio ambiente, sino también para evitarle a tu organismo el contacto con sustancias potencialmente dañinas ? principalmente si calientas los alimentos en ellas? como el bisfenol A, relacionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con alteraciones hormonales. Y llena tus tápers con comida saludable, colorida y nutritiva.

Probablemente cerca de tu trabajo hay muchos bares o cafeterías, ¿verdad? Consumir alimentos que han sido preparados para muchas personas siempre es una opción responsable con el medio ambiente, ya que de esta forma se aprovechan mejor los recursos. Puedes intentar elegir platos que no sean muy grasos y que estén elaborados con ingredientes de temporada. De esta forma tu salud te lo agradecerá, ya que comer regularmente de una forma inadecuada puede acarrear graves problemas. Además, llevar tu propio envase o plato es una opción para reducir el uso de contenedores de un uso.

Y si no quieres renunciar al bocadillo de media mañana también puedes evitar el papel de plata. Para ello solo tienes que hacerte con unos envoltorios para bocadillo reutilizables, disponibles en los comercios. También existen unos envoltorios hechos de papel encerado que te permiten envolver cualquier alimento de forma sencilla. Y si nada de esto te convence, ¿qué tal las bolsas de silicona? En ellas podrás transportar además otros alimentos como frutas y verduras. Si buscas una opción un poco más saludable, lleva fruta o frutos secos comprados a granel en un tarro de cristal.

De todos modos, no quieres gastar sino llevarte la comida de casa en un táper. Pues los hay sostenibles. Por ejemplo, los de bambú. Están entre las mejores opciones. Los tápers de este material son más resistentes que los de vidrio, que es otra buena opción eco, pero que tiene el inconveniente de su fragilidad. Los de bambú tienen propiedades antibacterianas, no pasan olores ni sabores a los alimentos y son biodegradables. Además, resultan un recurso renovable.

También los hay de fibra de arroz. Se fabrican con cáscara de arroz de cultivo ecológico. Éste es un material compostable, biodegradable y muy sostenible ?es renovable y su ciclo de cultivo bastante rápido?. Además, tiene la ventaja de que soporta temperaturas extremas y esta libre de químicos.

Otro residuo innecesario del que podemos prescindir son los vasos de plástico que vienen en los dispensadores de agua. Lo óptimo es hacerse con una botella de vidrio o de acero inoxidable para utilizarla repetidamente. Además, así será más fácil mantenerse hidratado durante el día, ya que siempre estará a mano.