¿Llega el fin de semana y todavía no tienes planes? En este artículo hemos preparado una pequeña guía de rutas y destinos turísticos que dejarán con la boca abierta incluso al viajero más experimentado. Si no te lo acabas de creer, ¡sigue leyendo y compruébalo tú mismo!

1. Bosque de Secuoyas de Cabezón

Inmediaciones de Cabezón de la Sal. Este espacio protegido tiene una extensión de 2,46 hectáreas, en las que se reparten 848 secuoyas de aproximadamente 40 metros de altura. Fueron plantadas durante la época del franquismo para el abastecimiento industrial, dado que eran árboles que crecían a gran velocidad y su madera contribuía a no depender de materias primas del exterior.

No obstante, nunca se llegaron a talar. Pero gracias a este cambio de planes, tenemos la oportunidad de contemplar magníficos ejemplares de esta especie sin necesidad de desplazarnos hasta el Sequoia National Park de California, Estados Unidos.

Si bien es cierto que los colores de este paraje presentan mayor viveza durante los meses de otoño, cualquier época del año puede ser la ocasión ideal para acercarte hasta aquí. En cuanto al nivel de la dificultad de la ruta, no tendrás ninguna pega: este trayecto es corto y con poca pendiente.

Pasea entre estos gigantes de hoja perenne, sácales fotos desde ángulos originales y si te animas, regálales un abrazo al estilo Jared Leto. Ojo, desde aquí te avisamos de que necesitarás la ayuda de dos personas como mínimo para rodear su perímetro, ya que tiene unas dimensiones de dos metros.

2. Desfiladero de la Hermida

Puede presumir de ser el más largo de España. Por su interior discurren las aguas del río Deva, protegido por paredes escarpadas de color grisáceo. Cuenta con varios miradores, pero uno de los más destacables es el de Santa Catalina. Si te asomas, tendrás vistas al tramo más profundo de la garganta de La Hermida, con los Picos de Europa de fondo. Aparte, a un lado de este balcón se encuentran las ruinas de la Bolera de los Moros, una fortaleza del siglo VIII. Y si tienes suerte, también podrás ser testigo del vuelo hipnótico de los quebrantahuesos.

Para aprovechar (aún más) tu visita, te proponemos una ruta especial para hacer en familia: la Senda Mitológica del Monte Hozarco, en Peñarrubia. Allí te aguardan quince esculturas de personajes mágicos sacados de las leyendas cántabras. Podrás acceder a esta zona a través de una carretera próxima a Piñeres.

3. Vega de Pas

Podría ser perfectamente una representación del 'lugar idílico' o 'locus amoenus' al que se referían autores como Virgilio o Garcilaso de la Vega. Ubicada al sureste de Cantabria y en la frontera con Burgos, esta aldea forma parte de "las tres villas pasiegas" junto a San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera.

Es de parada obligatoria para quienes quieran conocer la arquitectura rural construida en piedra que dio pie al modo de vida de la región. Uno de sus elementos más emblemáticos es la cabaña, utilizada por los pasiegos para la trashumancia. Y hablando de tradiciones, ¡no se te ocurra marcharte sin degustar los sobaos y quesadas!

Nuestra recomendación es que empieces el tour desde la Plaza del Doctor Madrazo. En un extremo encontrarás la Iglesia de Nuestra Señora de la Vega (con su crucería gótica estrellada y una espadaña decorada con un reloj). Más adelante está el sanatorio del Doctor Madrazo y la Ermita de San Antonio reconvertida en museo.

4. Nacimiento del Ebro en Fontibre

Al contrario de lo que se cree y según el rigor geográfico, el origen principal de estas aguas es el río Híjar, un manantial emplazado a casi 900 metros de altitud en el municipio de Hermandad de Campoo de Suso. Aun así, deja que te contemos más sobre este paisaje.

Rodeada por frondosos chopos y fresnos, la Fuentona de Fontibre es un remanso de paz y de silencio. Lo custodia la Virgen del Pilar, cuya estatua se erige sobre una columna de piedra en la que aparecen los escudos de todas las provincias que atraviesa el río Ebro hasta su desembocadura. Si tienes la opción, pásate por el Centro de interpretación del río Ebro para que te faciliten más información.

5. Costa Quebrada

Tiene como punto de inicio la Península de la Magdalena santanderina, y termina en la playa de Cuchía, en Miengo. Un entorno en pleno contacto con la naturaleza salvaje compuesta por este conjunto de acantilados y formaciones geológicas.

Entre todos los lugares que constituyen sus 20 kilómetros de extensión por la costa, no te puede faltar un paseo por la playa de Valdearenas (parte del parque Natural de las Dunas de Liencres), la playa de Covachos o la playa de la Arnía, a donde los visitantes suelen ir para disfrutar de unas vistas panóramicas impresionantes.