Entre los campos de Carcastillo, el Aragón está cortado por una presa singular, que enseña belleza pero también acompaña un paraje sorprendente en esta tierra sedienta. Es lugar de acogida para una visita compartida con cualquier excusa para viajar a estos paisajes de Navarra.

Aunque se puede llegar en coche hasta el parque de La Presa, vale la pena hacerlo paseando, entre el cauce del río y los campos de labor que acompañan a este importante afluente del Ebro.

Desde Carcastillo hay que seguir cualquiera de las calles convergentes, San Francisco Javier y Fuertes, hasta su conclusión. Desde ese extremo arranca una pista agrícola de grava que recorre el pinar de Larrate en la ribera del río. El recorrido es prácticamente llano, asomado al paisaje fluvial y enseguida se encaja bajo el peculiar estrato de areniscas que llaman el estrecho. No es raro que en tiempo de lluvias se desprendan algunos fragmentos de la muralla, erosionada imparablemente por las inclemencias, por lo que si este es nuestro caso habrá que prestar atención.

Más allá del estrecho el paso se abre, se dominan los campos y muy rápidamente se alcanza una bella chopera al costado del río. Hemos caminado solo unos tres kilómetros y medio y ya estamos en el parque de la Presa.

Un canal desvía el agua a un costado, otro por la ribera derecha, el que baja por la chopera corre saltarín. De pronto, estamos en un paraje de singular belleza. Si lo recorremos hasta el fondo nos presentamos ante una presa enorme, de poca altura, pero que desliza un gran potencial de agua.

Los desvíos que efectúa en el cauce sirven para el accionamiento de pequeñas centrales eléctricas, y esto condiciona la advertencia que la CHE, la Confederación Hidrográfica del Ebro y dueña de todas las aguas de media península, de que es peligroso entrar en el cauce. Paradójica advertencia, cuando los análisis realizados por la Agencia Europea del Medio Ambiente en este cauce del Aragón concluyeron hace un par de años que es el río de mayor calidad de agua, y lo recomiendan para el baño en esta área de La Presa.

Si es verano y acucia el calor no es despreciable arrimarse a la orilla y refrescarse sobre el lecho gastado de las rocas. Estarás mojándote en la mejor agua de las playas fluviales de los ríos que corren por la geografía española.

Podremos retornar por el camino de llegada, pero es muy interesante, si lo hemos hecho a pie, tomar la senda de los vascongados, que antes de llegar al estrecho remonta hacia la meseta superior de Larrate, donde gozaremos de un mirador excepcional sobre el valle fluvial. Desde allí la senda prosigue por la meseta superior para descender al otro lado hacia el corazón de Carcastillo.

GUÍA PRÁCTICA:

Cómo llegar: El parque de La Presa se encuentra a orillas del río Aragón en término de Carcastillo, en el sur de Nafarroa. La aproximación se realiza desde la carretera NA- 5500 que lleva de Caparroso a Mélida y Carcastillo. El recorrido de ida y vuelta por el fondo del valle se puede realizar en hora y media. Media hora más hay que añadir si retornamos por el alto de Larrate.

Qué visitar: En Carcastillo nos quedaremos un rato caminando por sus calles rectilíneas y estrechas. La confluencia ante la iglesia de El Salvador es un lugar interesante y estratégico, donde vemos el palacio de los Abades de La Oliva, edificado en el siglo XVI. El templo parroquial tiene sus primeras piedras del siglo XIII, aunque mucha de su arquitectura a la vista es de los siglos XIX y XX. En el interior alberga un retablo rococó dedicado a la Virgen del Rosario. En término de Carcastillo está también el monasterio cisterciense de La Oliva, centro espiritual de primer orden, que posee una arquitectura ciertamente interesante, con un amplio y bellísimo claustro románico. Su visita es de gran interés.