A estas alturas de la película ya sabemos que no es recomendable enfadar a Kim Jong-un. Ni con asuntos importantes de geopolítica ni con nimiedades, porque un cabreo del líder supremo de Corea del Norte puede acabar con un fusilamiento, un lanzamiento de misil nuclear o, en el mejor de los casos, con un castigo ejemplar.

Y uno de esos castigos se han llevado algunos de sus jardineros por el dramático hecho de que unas plantas no han florecido a tiempo. La cuestión es que este miércoles 16 de febrero se cumplen 80 años del nacimiento del padre de Kim Jong-un, su predecesor, Kim Jong-il, fallecido en 2011 a los 69 años. Y para esa fecha, llamada Día de la Estrella Brillante, su hijo quería que miles de kimjongilias (ojo al nombre homenaje), un híbrido a partir de una begonia de Sudamérica creado por un botánico japonés en honor a Kim Jong-il, adornaran las calles de Pionyang.

Pero no ha sido así, las flores no han llegado a tiempo y los jardineros han sido acusados de negligencia. Y eso que ya avisaron con antelación de que no habían recibido la leña suficiente para proporcionarles la temperatura y la humedad necesarias para su maduración.

Además, las autoridades norcoreanas se han tomado ese argumento como una excusa inaceptable, y por ello el gerente del invernadero principal que debía suministrar las kimgjonilias ha sido sentenciado a pasar seis meses en un campo de trabajos forzados, y un empleado del mismo centro, a tres meses por no mantener la temperatura ideal para las plantas.