Los ucranianos Alexandr Kudlay y Viktoria Pustovitova tuvieron una original idea para tratar de reconciliarse. La pareja, de la ciudad oriental ucrania de Kharkiv, pensó que ponerse unas esposas y pasar las 24 horas del día juntos podría salvar su relación y poner freno a su inminente ruptura.

Lo hicieron el día de San Valentín y al parecer no ha sido buena idea. Tras permanecer 123 días esposados, la pareja ha roto, tanto las esposas que les unían como su relación.

Durante el experimento publicaron muchas de las cosas que hacían en redes sociales, como la compra. No obstante, se turnaron para ir al baño y para ducharse.

Pustovitova, esteticista, de 29 años, lamentó que su novio no le prestaba suficiente atención mientras estaban encadenados. "No me dijo 'te echo de menos' aunque me hubiera gustado escucharlo", dijo.

Por su parte, Kudlay señaló que las esposas le ayudaron a comprender que no eran "personas de ideas afines", explicando que "no estamos en la misma onda, somos totalmente diferentes".

La pareja, que planea vender las esposas en una subasta por internet para donar el dinero a organizaciones benéficas, se quitó las esposas en directo para la televisión ucraniana y frente a un representante de un libro de registro ucraniano que indicaba que ninguna pareja había conseguido una hazaña parecida en el mundo.

La última foto que la ya expareja ha subido juntos en la red social Instagram, donde tienen más de 7.800 seguidores, mostraba a ambos apartados, mirando al suelo.