Una joven de 27 años ha entrado en la historia de la medicina como un caso único y, de hecho, ya ha sido registrado en el National Library of Medicine. La mujer, que es maestra de escuela, acudió al médico tras cuatro meses teniendo tos, fiebre y mucosidad espesa. Le recetaron antibióticos y un tratamiento contra la tuberculosis, pero, dos meses después, regresó porque no había mejorado nada y las medicinas no habían tenido ningún efecto. “El esputo (secreción que se produce en los pulmones) de la mujer se examinó para detectar tuberculosis y resultó negativo. Sin embargo, cuando le escanearon el pecho, encontraron una lesión en el lóbulo superior derecho de sus pulmones. Tras una investigación adicional, parecía ser una estructura en forma de bolsa invertida sentada en el bronquio”, indica el estudio. En un primer momento, pensaron que era tuberculosis, una bacteria que afecta a los pulmones, pero cuando retiraron esta “bolsa”, casi descompuesta, se dieron cuenta de que se trataba de otra cosa: un condón.