- Una especie de pájaro australiano en peligro crítico de extinción se está olvidando de cantar por el gran declive de su población, ya que las aves jóvenes no encuentran maestros adultos que les enseñen las "canciones de amor" para el apareamiento. El rápido declive en la población del mielero regente (Anthochaera phrygia), una especie endémica del sudeste de Australia, se traduce en que las crías de este pájaro no llegan a aprender la llamadas de apareamiento emitidas por los especímenes adultos, según un estudio publicado en la revista científica Proceeding of the Royal Society. De acuerdo con el estudio de la Universidad Nacional de Australia (ANU), en las zonas habitadas por un gran número del mielero regente los machos logran emitir "canciones ricas y complejas", mientras que en las regiones donde la población de la especie ha disminuido los machos emiten tonos simples e incorrectos. "Esta falta de capacidad para comunicarse con su propia especie no tiene precedentes en un animal salvaje. El número del mielero regente es tan bajo que muchas aves jóvenes no encuentran especies adultas que les sirvan de maestro", apunta Dejan Stojanovic, coautor del estudio. El hecho de que no puedan aprender a cantar de manera correcta "afecta seriamente su capacidad de comunicarse", lo que a su vez podría acelerar el declive de la población", según indica el biólogo Ross Crates de la ANU. "Una canción aumenta las probabilidades de reproducción de los pájaros cantores", apunta Crates. El estudio sostiene además que el canto de los especímenes del mielero regente en cautividad es diferente al de la población salvaje, por lo cual no sería lo suficientemente atractivo para procrearse si fueran liberados.El reloj de un joven catalán prisionero de los nazis regresa a su familia- Los familiares de un joven catalán que tras la Guerra Civil huyó a Francia y fue deportado al campo de concentración nazi de Neuengamme recuperó ayer su reloj de pulsera, que formaba parte de una muestra de objetos recuperados de aquellos prisioneros. El protagonista de la historia era Joan Lladó i Mas, nacido en Manresa (Barcelona) en 1914. El prisionero 30.857 de Neuengamme fue trasladado después al campo de Ravensbruck, donde murió en abril de 1945 a causa de una pulmonía provocada por las pésimas condiciones de la vida en un lugar que las tropas aliadas liberaron sólo cinco días después. Ahora, los tres hijos de su prima, Isabel, Jaume y Joan Fernàndez Lladó, han recuperado el reloj de Joan Lladó, que formaba parte de la muestra StolenMemory (Memoria Robada), que acoge el Museo Memorial del Exilio de La Jonquera (Girona) desde el pasado 14 de febrero. Con el reloj en la mano, Isabel explica que, para ella y sus dos hermanos, se trata de un "tesoro recuperado después de 76 años". Ha detallado que fue su hijo quien, interesado por la historia familiar, comenzó a "mover hilos" al saber que el tío de su abuela había muerto en el exilio. Ahora, el reloj que custodiaban los Archivos Arolsen, un centro internacional sobre la persecución nazi que conserva cerca de 3.000 objetos de aquellos prisioneros, vuelve a la familia de su propietario.