Shlíssik y Króshik, dos focas anilladas procedentes del Mar Báltico, se trasladaron hasta la localidad rusa de Répino, a unos 30 kilómetros de San Petersburgo (Rusia) para pasear por las congeladas calles del pueblo. Los pocos vecinos que habitan la zona se acercaron a ver cómo avanzaban por el hielo, haciendo un divertido movimiento en forma de balanceo y les alimentaron con algunos pescados. Esta es una de las primeras veces que los dos animales son captados realizando alguna actividad juntos, ya que, debido a su temperamento, viven en constante conflicto, explicaron los biólogos locales. Actualmente solo quedan 200 ejemplares de estas focas en el golfo de Finlandia.