- El partido de esta última jornada de la Premier League entre el Crystal Palace y el Tottenham dejó una simpática anécdota antes del inicio cuando los futbolistas Son Heung-Min y Christian Benteke empezaron a forcejear sin ser conscientes de que todos sus compañeros permanecían quietos en sus posiciones iniciales y de que el balón todavía no había comenzado a rodar. La causa fue que los equipos acordaron guardar un minuto de silencio contra el racismo postrando una de las rodillas en el césped cuando el árbitro pitara el inicio del enfrentamiento, un gesto que viene siendo habitual desde que comenzó la presente liga británica. No obstante, Benteke, del equipo local, el que sacaba de centro, escuchó el pitido del colegiado y echó a correr hacia el campo rival esperando un pelotazo de alguno de sus compañeros. Son, que estaba enfrente suya, retrocedió con él para marcarlo y defender así el ataque de su rival. Apenas habían avanzado unos metros y no habían pasado más que un par de segundos cuando ambos jugadores se dieron cuenta de que nadie más estaba jugando, e hincaron la rodilla como el resto de personas en el rectángulo de juego. La imagen todavía fue más llamativa porque Benteke era el único jugador de camiseta local que se encontraba en campo contrario, y los espectadores no tardaron en grabarlo y compartir lo sucedido en redes sociales.