Pinchar una rueda siempre es un problema, además de un incordio. Además del riesgo de seguridad que supone que ocurra mientras se circula, el lugar donde detenerse y poder solucionar la incidencia también es importante, tanto para la propia seguridad como para la del resto de los vehículos.

Técnicamente, cambiar la rueda averiada por la de repuesto es sencillo. Puede ser laborioso según las circunstancias, pero es una maniobra razonablemente rápida si se tienen todos los pasos claros.

Antes de nada hay que aclarar que es obligatorio llevar los medios adecuados para solucionar el problema. Es decir, no significa que sea obligatorio llevar una rueda de repuesto, lo que hay llevar es un medio que sirva de solución. Este medio puede ser tanto la clásica rueda de recambio (igual modelo que las que ya están montadas) o la cada vez más común de repuesto (la galleta más estrecha y de un uso limitado para circular hasta el taller más cercano), como kits antipinchazos.

En el caso de que nos sorprendan sin ningún equipamiento de este tipo, podemos ser sancionados con 200 euros.

Saber cómo cambiar un neumático incluye ser previsor y saber dónde se guardan las herramientas necesarias y cómo se usan, en especial el gato y las llaves de las tuercas de seguridad en el caso de tenerlas y que no deben guardarse junto al resto del equipo.

Cómo cambiar un neumático paso a paso

Es más sencillo de lo que parece. En principio, todo lo que se necesita es el neumático de recambio (el de recambio o la galleta), un gato, una llave de cruz o, en su caso, la llave de las tuercas de seguridad. Además hay que incluir el chaleco reflectante y los triángulos o las luces de señalización.

Primer paso: Estacionar el vehículo. Una vez que nos damos cuenta del pinchazo, o del reventón que puede darnos más problemas a la hora de controlar el automóvil, debemos reducir la velocidad paulatinamente hasta detenernos en un lugar seguro, lejos de curvas y con buena visibilidad. Activar las luces de emergencia, ponerse el chaleco señalizar el coche con la luz destellante o los triángulos. Ahora es el momento de localizar y preparar las herramientas para el cambio. Si el maletero está lleno hay que buscar un lugar seguro donde vaciarlo.

Segundo paso: Aflojar la rueda dañada. En caso de tenerlo, lo primero es quitar el tapacubos de la llanta para dejar a la vista las tuercas. Ahora se puede colocar la llave de cruz, o la llave correspondiente a las tuercas de seguridad, en cada una de las tuercas e ir aflojándolas. Ojo, solo aflojarlas. La llave hay que girarla de derecha a izquierda, en el sentido contrario a las agujas del reloj. Todavía no es el momento quitarlas solo soltara un poco.

Puede que estén muy duras, agarrotadas por la suciedad. Paciencia y fuerza, la ley de la palanca actúa en tu favor aunque cueste.

Tercer paso: El gato. Llega el momento de levantar el coche para poder retirar la rueda. Es un momento delicado. Hay que localizar dos marcas en la parte de abajo de la carrocería. Suele colocarse entre la rueda y el centro chasis. Es el lugar donde hay que encajar la cabeza elevadora del gato. La base de este debe estar firmemente apoyada en el suelo y lo más horizontal posible. Si el suelo es blando, colocar una tabla para evitar que se hunda.

Una vez fijado, ir girando la manivela con calma hasta que la rueda quede separada del suelo. Lo justo para que no roce y se pueda quitar con comodidad.

Cuarto paso: Retirar la rueda. Con la llave correspondiente volvemos a las tuercas para soltarlas quitarlas del todo. Una vez retiradas, tirar de la rueda en sentido horizontal y saldrá. Cuidado con el rebote de la rueda en el suelo,hay que mantener la rueda controlada en todo momento.

Quinto paso: Poner la rueda de repuesto. La máxima dificultad es la de levantar a pulso la rueda. Por ello, lo mejor es colocarla primero de modo que los orificios de los tornillos coincidan. Levantarla entonces y encajarla. Bien colocada, es el momento de volver a ajustar las tuercas. Hacerlo a mano para no forzar la guías y apretarlas girandolas de izquierda a derecha, en el sentido de las agujas del reloj. Consejo, ir alternando las tuercas, no apretarlas una del todo antes de pasar a al siguiente, es mejor ir poco a poco hasta que la ruede quede firme.

Sexto paso: Posar el coche y terminar de apretar. Volver al gato para poner de nuevo la rueda en el suelo. Ahora, con el coche firme y la ayuda d ella llave de cruz, apretar con firmeza las tuercas.

Después, recoger todo y a la carretera de nuevo.

Hay que ser muy consciente de la rueda que se ha puesto. Si es la clásica de recambio, igual a la pinchada, conviene acercarse a la estación de servicio más próxima para comprobar su estado y, en especial, la presión. Si la colocada es la de repuesto, la galleta, será un poco más pequeña que la convencional por lo que el automóvil puede haber quedado un poco inclinado. Además, solo se podrá recorrer un centenar de kilómetros y a un máximo de velocidad recomendado de 80 kilómetros. La idea es poder llegar a un taller para reparar la rueda pinchada.

En caso de dudas y pinchazos, otro recurso es llamar al seguro y que manden una grúa.