La pandemia ha reducido la criminalidad en general, también el robo de coches. Las restricciones a la movilidad en los sucesivos estados de alarma han tenido mucho que ver en esa bajada, pero las bandas se recomponen y se adaptan a las exigencias del mercado para ofrecer al cliente coches híbridos sustraídos en apenas 20 segundos.

En 2020, el año de la pandemia, se robaron 26.008 vehículos, casi un 26% menos que el ejercicio anterior, un descenso que continuó en el primer trimestre de este año debido a las restricciones por la covid-19.

Según el balance de criminalidad del Ministerio del Interior, entre enero y marzo de este año se denunciaron 7.243 sustracciones de vehículos, frente a las 5.393 del mismo periodo de 2020. Seguramente los 39 coches híbridos valorados en más de tres millones de euros cuyo robo detectó la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en la operación Tolex se incluyen en esas denuncias.

El jefe de la sección de Delincuencia Organizada del Automóvil de la UCO, el teniente Óscar Trasorras, explica a Efe una operación que permitió desarticular a una banda formada por cinco personas, dos de los cuales, los cabecillas, eran de origen búlgaro y con una alta especialización en este delito.

Tras el parón de los ladrones de coches durante el estado de alarma ?no podían aprovechar la impunidad de la noche porque había más controles ni el paso por puertos como el de Algeciras por el cierre?, la banda de los búlgaros volvió al ruedo, como pudo comprobar después la UCO.

En noviembre pasado arrancó la investigación comprobando como el robo de híbridos no solo atendía a razones de la propia demanda por encargo, sino también a la nueva política para el mercado del automóvil que tiene como objetivo una menor contaminación y reducir el diésel.

A estos expertos ladrones de coches le bastaban 20 segundos para que un automóvil de alta gama cambiara de dueño gracias a una unidad de control electrónico conocida en el argot como "la máquina". Los búlgaros "inspeccionaban" las distintas zonas de Madrid a bordo de un Lexus robado al que le habían puesto la matricula de un vehículo legal de la misma marca y modelo.

Aparcamientos, zonas de restaurantes, las propias calles... Los ladrones recorrían la capital y otros municipios de la Comunidad para fijar su objetivo. Una vez fichado el coche que les interesaba, se acercaban a él y comprobaban que el entorno era seguro, sobre todo, que no hubiera presencia policial. Si no detectaban nada "sospechoso", uno de ellos quitaba el faro del coche, de la zona del copiloto, introducía la "máquina", entraba en el vehículo y emprendía la marcha con solo apretar el botón "Start Stop", precedido por el Lexus conducido por otro miembro de la red.

Pero si la maniobra no iba a ser segura, balizaban el vehículo para hacerle un seguimiento y sustraerlo en el momento idóneo. Incluso, en el interior de garajes comunitarios a los que entraban cuando el coche "fichado" lo hacía también.

Ya el vehículo en su poder, lo trasladaban hasta aparcamientos de centros comerciales e, incluso, de hospitales. Allí lo dejaban para que se "enfriaran", es decir, para comprobar que sus dueños o las fuerzas de seguridad no los habían localizado.

Porque, además, para impedir su localización les cambiaban las matrículas por otras que se correspondían con las de coches que circulaban legalmente. Con el coche frío lo trasladaban a lugares seguros mientras preparaban la documentación falsificada correspondiente. El proceso se culmina con la falsificación del número de bastidor, una tarea que llevaba a cabo un español de origen marroquí afincado en Murcia y gran experto en esta materia, tanto que era "indetectable" hasta para los concesionarios.

Con los vehículos limpios, una empresa de transportes belga, sacaba los coches en camiones de siete en siete con destino a Bulgaria por carretera y otros hasta el puerto de Nantes (Francia), donde viajaban al continente africano.

Al detalle

'La máquina'

Dispositivo para robar. La bandas especializadas usan una unidad de control electrónico que permite acceder al interior del coche sin ocasionarle rasguño alguno.

Marcas

preferidas, Lexus y Toyota. Se ha detectado un aumento de robos en Lexus RX450 (el de la gama Luxury cuesta casi 100.000 euros), valorado en casi 70.000 euros; el Toyota RAV-4 o el Toyota C-HR.

Precio de venta

Tras ser robados. Entre 3.000 y 6.000 euros era el precio de venta de los vehículos, algunos robados por encargo y otros para ponerlos a la venta en países del Este y África.

39 coches

Sustraídos. La Guardia Civil detectó a una banda especializada con cabecillas búlgaros que robó 39 vehículos de estas características.