Con la llegada del buen tiempo pasamos más horas al aire libre, con lo que también aumenta nuestra exposición al sol. Debemos tomar todas las precauciones posibles para proteger nuestros ojos, muy sensibles a los rayos del sol.

Por ello, las gafas de sol se van a convertir en un complemento imprescindible para los próximos meses, y no solo desde un punto de vista estético, sino también desde el punto de vista de nuestra salud visual.

Dependiendo de cuál sea la forma de tu rostro, te favorecerán más unos modelos u otros.

Si tu rostro es cuadrado, las monturas con forma ovalada o redonda suavizarán tus lineas faciales. Si es redondo, debes elegir monturas con un ancho y un alto proporcionados y has de huir de las redondas. Si tu cara es ovalada estás de suerte, ya que las proporciones de tu cara se consideran ideales y todas te sentarán bien.

Para rostros con forma de corazón se recomiendan gafas de tamaño mediano que equilibrarán tus facciones. Si tu cara es rectangular, debes elegir gafas que acorten tu largura evitando las alargadas horizontalmente, y para rostros con forma de trapecio, triangular o de diamante, las más favorecedoras serán las monturas ovaladas o de estilo mariposa, ya que resaltarán tus pómulos y mantendrán el equilibrio del rostro.

Pero, como ya ha quedado claro, la estética no lo es todo y si estás pensando en comprar unas gafas de sol, hay cinco aspectos que debes tener en cuenta para que realmente cumplan la misión de protegerte. Estos son: calidad, protección, filtros, tipos de lentes y el color del cristal.

- Calidad. Debes comprobar que cumplen con las normas de la Unión Europea. Deben llevar el símbolo CE (Conformité Européenne) en las varillas. Evita comprarlas en tiendas no especializadas y acude a una óptica, donde además si lo necesitas te las pueden graduar.

- Protección a los rayos ultravioleta. Los rayos UV pueden ser UVB, que pueden provocar problemas corneales, y UVA, que pueden penetrar la córnea y el cristalino y llegar a la retina, donde pueden causar patologías graves como cataratas.

- Filtros. Van del 0 al 4, siendo el 4 las lentes más oscuras y las que absorben más luz, lo que no quiere decir que sean las que más protegen de los rayos UV, ya que lo que absorbe la radiación no es el color, sino el material. El 0 es para interiores o cielo cubierto; el 2 o el 3, para el uso diario; y el 4, para alta montaña, esquí o deportes acuáticos.

- Tipos de lentes. Debes tener claras cuáles son tus necesidades para decantarte por el tipo de lente que más se ajuste a ellas. Puedes elegir entre: lentes polarizadas (eliminan todos los reflejos residuales y los efectos espejo); lentes degradadas (el cristal es más oscuro en la parte superior que en la inferior); lentes de espejo (reflejan la luz para que no llegue directamente al ojo); lentes fotocromáticas (los cristales se oscurecen al sol y se aclaran en la sombra), y lentes uniformes (toda la lente tiene la misma coloración).

- Color del cristal. El color de las lentes responde a algo más que a la estética, ya que cada uno tiene sus propias particularidades. Los cristales grises son buenos para conducir porque alteran poco los colores. Los marrones son los más indicados para casos de miopía o cataratas y son ideales para deportes al aire libre. Los verdes son recomendables para personas con hipermetropía y para deportes naúticos, y los amarillos y naranjas permiten ver bien en distancias largas, pero no se recomiendan para días de mucha luz.