Investigadores de la Universidad de Örebro en Suecia han conseguido que una simple muestra de sangre sirva para diagnosticar pacientes con lesión cerebral traumática y su gravedad, al identificar biomarcadores en la sangre que indican la gravedad de un traumatismo craneal. Una caída, un accidente de tráfico o una agresión. Esas son las causas más comunes de lesión cerebral traumática. Más de 140 millones de personas en todo el mundo viven con síntomas de traumatismo craneoencefálico, y los afectados son principalmente menores de 40 años.

"Tener un accidente a una edad temprana puede tener consecuencias importantes. Por lo tanto, un diagnóstico mejor y más seguro es vital", señala Matej Oreic, profesor de medicina en la Universidad de Örebro, quien ha publicado su estudio en 'Nature Communications'.

En Örebro, los investigadores han trabajado en un método que no requiere un procedimiento quirúrgico. Han utilizado muestras de sangre recogidas por investigadores, todo parte de un proyecto de la UE, en 20 países europeos, el mayor estudio de este tipo. Con la ayuda de la metabolómica, una forma de utilizar el análisis químico para extraer información sobre miles de moléculas pequeñas, los investigadores de Örebro han identificado biomarcadores que pueden vincularse con lesiones cerebrales traumáticas.

"Como resultado, podemos categorizar las lesiones con mayor claridad. Es rentable, sin mencionar que es más simple y seguro para el paciente", señala András Büki, profesor de medicina en la Universidad de Örebro, anteriormente responsable de organizar la atención neuroquirúrgica para pacientes en la región de Pecs, con una población de un millón, en Hungría.

Hoy en día, la lesión cerebral traumática se divide en tres categorías, de leve a grave, y no existen métodos confiables para descartar una lesión cerebral aguda. "Para nosotros, la fase aguda es la más crítica y, con la ayuda de estos biomarcadores, podemos evaluar la gravedad de la lesión y, lo que es más, podemos llegar a un pronóstico del resultado para el paciente en el futuro", añade Büki.

Puede ser que, en algunos casos, incluso una conmoción cerebral más leve pueda causar un trauma grave y a largo plazo. Y gracias a esta técnica se podrá ver tomando una muestra de sangre. Las personas que sufren una lesión cerebral leve a menudo experimentan cansancio, pérdida de memoria y problemas de equilibrio incluso mucho después del accidente. Esto se aplica sobre todo a los atletas que a menudo sufren conmociones cerebrales repetidas, y esto puede tener consecuencias importantes.

Actualmente, no hay herramientas para una evaluación directa de cuándo un atleta puede volver a entrenar o competir después de una conmoción cerebral. No todo el mundo puede hacerse una resonancia magnética, pero una muestra de sangre permitiría aumentar la capacidad de análisis. "Si observamos a los pacientes cardíacos, hay muchas más herramientas disponibles para evaluarlos. Esperamos que ahora estemos en el camino hacia un mejor tratamiento, e investigación, también para pacientes neurológicos", concluye Büki.