Distintas organizaciones de Derechos Humanos, como Amnistía Internacional y la Unión Americana por las Libertades Civiles, han mostrado su preocupación ante la compra de Twitter por parte de Elon Musk, el hombre más rico del planeta.

El director de tecnología y Derechos Humanos de AI en Estados Unidos, Michael Kleinman, ha afirmado que, independientemente de la propiedad, "Twitter tiene la responsabilidad de proteger los Derechos Humanos, incluido el derecho a vivir libre de discriminación y violencia y a la libertad de expresión y opinión".

Así, ha dicho que la plataforma "ya falla con demasiada frecuencia" sobre esto último. "Nos preocupa cualquier medida que Twitter pueda tomar para erosionar la aplicación de las políticas y los mecanismos diseñados para proteger a los usuarios", ha agregado.

Kleinman ha precisado que "lo último que necesitamos" es que Twitter "haga deliberadamente la vista gorda" ante el discurso del odio contra los usuarios y, en particular, contra las mujeres, las personas no binarias y otros colectivos.

"Amnistía ha rastreado la inquietante persistencia del discurso de odio en Twitter, especialmente el discurso violento y abusivo contra las mujeres y las personas no binarias. Nuestro informe Toxic Twitter de 2018 encontró que la plataforma no cumplió con su responsabilidad de proteger los derechos de las mujeres, lo que llevó a muchas mujeres a silenciarse o censurarse en la plataforma", ha dicho.

La organización ha señalado en un comunicado que en su último informe sugería a Twitter una serie de iniciativas para combatir el discurso del odio y abuso contra las mujeres, de las cuales solo ha implementado una de ellas.

Por su parte, la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), ha señalado en su perfil oficial en la plataforma que "un pequeño puñado de empresas privadas de tecnología, incluido Twitter, desempeñan un papel profundo y único para permitir nuestro derecho a expresarnos en línea".

"Debería preocuparnos que cualquier actor central poderoso, ya sea un gobierno o cualquier persona adinerada, incluso si es miembro de la ACLU, tenga tanto control sobre los límites de nuestro discurso político en línea", ha agregado.

El empresario, dueño de Tesla y SpaceX, ha dicho que quiere hacer que la red social sea "mejor que nunca" mejorando el producto, haciendo que los algoritmos sean de código abierto, acabando con los 'bots' de spam y verificando a todos los usuarios humanos.

Por su parte, el consejero delegado de Twitter, Parag Agrawal, ha reconocido ante los trabajadores que "no sabe" en qué dirección irá la plataforma tras la compra de la compañía, cuya transacción podría tardar hasta seis meses en completarse.

El CEO de la empresa ha trasladado a la plantilla que no habrá recortes de empleos "en este momento" y, ante una posible congelación de la contratación, Agrawal ha señalado que todavía están trabajando antes de que se cierre oficialmente el acuerdo.

Los empleados de Twitter han estado viviendo en un estado de incertidumbre durante semanas desde que Musk anunció su oferta para adquirir el servicio de redes sociales, según ha recogido la agencia de noticias Bloomberg.

TRUMP DICE QUE NO VOLVERÁ A TWITTER

En el marco de la compra de la plataforma por Elon Musk --por un total de 43.394 millones de dólares (40.495 millones de euros)-- el expresidente estadounidense Donald Trump ha asegurado que no volverá a la plataforma ni aunque se lo pida el polifacético empresario dueño de Tesla.

"No voy a entrar a Twitter, me voy a quedar en TRUTH (red social)", ha dicho Trump a la cadena estadounidense Fox News. "Espero que Elon compre Twitter porque lo mejorará y es un buen hombre, pero me quedaré en TRUTH", según ha recogido Bloomberg.

Las principales redes sociales vetaron las cuentas de Trump como consecuencia del asalto al Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero de 2021 y su retórica contra la legitimidad de los resultados de las presidenciales de noviembre de 2020 en las que salió derrotado por Joe Biden.

Tras ello, el expresidente puso en marcha una nueva aplicación de redes sociales llamada, Truth Social, que empezó a funcionar el pasado mes de febrero. "Esta semana comenzaremos su despliegue en la tienda de aplicaciones de Apple" y "para finales de marzo estará completamente operativo, al menos en Estados Unidos", dijo.

Truth Social pretende ser la alternativa, por ejemplo, a ese perfil de Twitter en el que Trump llegó a tener cerca de 90 millones de seguidores. Una plataforma desde la que se había mostrado muy prolífico tanto en la difusión de sus políticas al frente de la Casa Blanca como en sus ataques y críticas a rivales políticos, medios de comunicación, e incluso a la propia plataforma.