‘Six Days in Fallujah’, el polémico título recogido para su publicación por Victura bajo desarrollo de Highwire Games, ha retrasado su puesta de largo hasta el último trimestre de 2022. Con el objetivo de ofrecer una experiencia “a la altura de lo esperado”, el editor ha anunciado planes para ampliar el número de desarrolladores, y de ahí que la llegada del juego a consolas y PC se produzca más adelante.

Peter Tamte, director ejecutivo de Victura, aclara la situación en redes sociales en estos términos: “Queda claro que para recrear estas historias reales con alta calidad necesitamos más personas, dinero y tiempo del que teníamos. Duplicar nuestro equipo es solo una de las muchas cosas que hacemos para asegurarnos de que Six Days in Fallujah ofrezca nuevos tipos de profundidad táctica y emocional a los juegos militares".

Para recrear la historia de la Segunda Batalla de Faluya, el equipo de producción está recibiendo el asesoramiento de un centenar de soldados, marines y ciudadanos iraquíes. La combinación de acto documental con una jugabilidad realista es el centro de interés de los creadores para llevar a los jugadores una experiencia documentada de guerra urbana.

Algunas asociaciones islámicas, como el CRAI - Consejo de Relaciones Estadounidenses- han mostrado preocupación por las características de la experiencia. La agencia entiende que, al tratarse de un evento real, el videojuego normaliza la masacre de pueblos islámicos en occidente.

“Juegos como Six Days in Fallujah solo sirven para glorificar la violencia que se cobró la vida de cientos de ciudadanos iraquíes y justificar la guerra en Irak, que realmente tenía un sentimiento de repulsión por el pueblo musulmán”, asegura Huzaifa Shahbaz, abogada de CRAI.

Desde su anuncio en agosto de 2009, el proyecto inicial de Atomic Games para PC, Xbox 360 y PlayStation 3, se ha mantenido en suspenso por la controversia que genera su formato. La narrativa se basa en la Guerra de Irak y entonces se trataba de un conflicto muy reciente. En febrero de 2021 Victura sumó fuerzas con Highwire para sacar adelante el proyecto, un estudio fundado por antiguos desarrolladores de ‘Halo’ y ‘Destiny’, algo que ha proporcionado un nuevo y, según parece, definitivo soplo de vida a la producción.