La violencia y su justificación que se está viendo actualmente en las redes sociales y juegos online es muy preocupante. Muchas personas de forma habitual insultan, difunden toxicidad y justifican actos de violencia contra terceros. No son conscientes de que cuando justificamos un acto de violencia abrimos la puerta a hacerlo con todos, y que además, esos comportamientos tienen efectos muy negativos en los usuarios que son testigos de sus acciones.

En el caso de las redes sociales, ellas mismas fomentan la polarización, la indignación y el enfado, ya que sus algoritmos, para mantenernos más tiempo pegados a la pantalla, para que interactuemos mucho más, nos muestran primero publicaciones que nos indignan. Esto hace que cada vez realicemos más interacciones provocadas por el enfado.

Se podría decir que de forma indirecta las redes sociales fomentan la violencia. Sus algoritmos se encargan entre otras cosas de elegir qué ve cada usuario. Cada cual elige a quién seguir, pero no el orden en el que ve las cosas. Y no tenemos que olvidarnos de que todos vemos cosas diferentes y la experiencia es completamente personalizada. Los algoritmos no tienen conciencia ni saben lo que está bien o mal, simplemente tienen el objetivo de tenernos el máximo tiempo pegados a las redes sociales realizando las máximas interacciones posibles para mostrarnos más anuncios y recopilar datos personales que utilizan para mostrar nuevos anuncios. De esa forma ganan mucho, pero que mucho dinero.

El problema es que una de las consecuencias de tal modelo de negocio es el aumento de la violencia con la que los usuarios de las redes sociales se relacionan, y esa violencia está saltando a la calle. Tampoco ayuda el comportamiento de la clase política o algunos programas de televisión que utilizan frecuentemente ataques y violencia verbales normalizando la toxicidad también fuera de las redes sociales y juegos online.

Este comportamiento no se limita solamente al ámbito político. Da lo mismo de qué se esté hablando, que cuando alguien no está de acuerdo con algo, las respuestas que suele dar comienzan frecuentemente con ataques o malos modos. Es muy difícil tener una conversación normal. Además, muchos se están olvidando de escuchar y responden a lo que creen que los demás van a decir, no a lo que dicen, y así es imposible comunicarse.

Presenciar constantemente este tipo de situaciones y comportamientos, leer siempre cosas que nos indignan o enfadan, presenciar comentarios y publicaciones tóxicas a diario, escuchar insultos cada vez que jugamos online€ nos afecta, y mucho, nos hace sentir tristes y aumenta nuestro estrés y ansiedad cada día. Lo peor es que al ser tan habitual muchas personas no le dan importancia y piensan que es normal. Esto está disminuyendo nuestro bienestar y nuestra calidad de vida. Hay diferentes cosas que podemos hacer para tener una experiencia más positiva en nuestra relación con los demás a través de las redes sociales o juegos online:

* Podemos poner las cuentas privadas y elegir cuidadosamente a las personas con las que nos comunicamos o con las que podemos interactuar. Es buena idea rodearnos de gente que, aunque no piense como nosotros, sea capaz de mostrar sus desacuerdos de una forma normal, sin ataques, insultos ni toxicidad. Aceptar a personas que nos hagan sentir bien.

* Podemos silenciar aquellas cuentas que se dediquen a insultar y a meter basurilla siempre que tienen oportunidad. Es una pérdida de energías intentar razonar con ellas. Si las silenciamos no veremos lo que publican o comentan. También podemos dejar de seguirlas, limitarles el acceso a nuestras publicaciones o bloquearlas.

* Podemos empezar a valorar el tiempo que pasamos utilizando diferentes redes sociales en función de cómo nos hacen sentir. Si nos damos cuenta de que al estar tiempo en Twitter, Facebook, Instagram, u otras redes sociales, aplicaciones de citas o juegos online, acabamos enfadados, tristes, indignados, avergonzados, humillados, celosos, más solos€ o que las emociones negativas prevalecen sobre las positivas, podemos comenzar a pasar menos tiempo utilizando esas redes o juegos y más haciendo cosas que nos hagan sentir mejor. No nos damos cuenta, pero cada día nos alimentamos de forma automática de muchas cosas que nos hacen sentir mal.

Es hora de tomar el control, ser conscientes de cómo nos sentimos al usar redes sociales, apps, juegos online, ver programas de televisión, series, películas€ Pasar menos tiempo en lugares que nos hacen sentir mal y más rodeados de personas físicas o virtuales que contribuyan a nuestro bienestar.